No. La gente más bien emitirá un voto de recazo tanto para el desprestigiado PAN como para la dividida izquierda mexicana.
No cabe duda. La apuesta de Peña Nieto de debilitar a la oposición, puede darle resultados en el corto plazo. Al menos para obtener la ansiada mayoría en el Palacio Legislativo de San Lázaro.
El PAN, que gobernó –o desgobernó- al país durante 12 años, hoy aparece como un partido dividido y con mucho desprestigio entre la opinión pública común y corriente. En el BEAP hemos estado levantando encuestas en varios Estados del país y el partido blanquiazul se ha caído en preferencias en no pocos sitios. Los escándalos en los que se han visto involucrados muchos de sus integrantes (Gobernadores, Alcaldes, Diputables, funcionarios, militantes) han hecho pensar a mucha gente que los panistas son iguales o peores a lo que tanto criticaron de los priístas durante décadas.
Por lo pronto, el PAN está dividido entre sus suspirantes a la candidatura presidencial. Estos personajes piensan que en 2018 pueden aspirar a ganar la elección presidencial. De entrada Gustavo Madero ya prepara su nominación y por eso operó hábilmente para ganar la presidencia del CEN azul y desde ahí manejar su Diputación y liderazgo de su bancada a partir de 2015. Es el más fuerte contendiente del PAN para esa candidatura presidencial.
¿Y Rafa Moreno Valle, el enfant terrible del panismo? Pues hoy se da cuenta que no es el único aspirante a la candidatura presidencial. Ni siquiera el mejor posicionado. Recientemente Roy Campos –el mejor encuestador del país- lo puso en su lugar y nos confirmó (algunos ya lo sabíamos) que Rafa NO es conocido en todo el país y que Madero es mejor abanderado del PAN al día de hoy. El palo dolió y los morenovallistas se hicieron como que no se enteraron.
Pero por otro lado se sumará una tercera corriente (o segunda si el morenovallismo se suma a Madero y espera mejores tiempos -2024-, cosa que no es muy difícil), que es la del calderonismo, que buscará afanosamente que la candidatura presidencial quede en manos de Margarita Zavala de Calderón, mujer no mal vista por no pocos sectores del panismo tradicional y enojados porque ni Madero ni Moreno Valle les han abierto espacios. Me refiero al Yunque, pues.
El calderonismo, por cierto, ya dio muestra de que sigue vivo y ayer impulsó ya el destape de “Cocoa” Calderón al gobierno de Michoacán, ante el grave desprestigio tanto del PRI como del PRD en dicho Estado.
Entonces, el PAN sí que está dividido y mal visto en casi todo el país.
Pero la izquierda mexicana no canta mal las rancheras.
El PRD acaba de ser tomado nuevamente por la tribu de “Los Chuchos”. Efectivamente, Carlos Navarrete es el nuevo Presidente del CEN del partido del Sol Azteca. El problema es que cada vez tienen menor influencia entre sus simpatizantes. Hay un fuerte grupo de muchas tribus que ya están hartos de los Chuchos y claman y reclaman que ese grupo ha vendido al PRD al gobierno de Peña Nieto y ha hecho alianzas perversas con el PAN donde les ha convenido.
El PRD en la mayoría de Estados del país apenas logra un poco menos del 5% de preferencias y este porcentaje tiende a disminuir. Un poco por el desprestigio del propio partido y de sus convenencieros dirigentes y otro tanto porque la mayoría de votantes de la izquierda mexicana se está volcando por el partido de Andrés Manuel López Obrador, MORENA.
MORENA fue autorizado en su creación desde el Gobierno Federal justamente para eso: Dividir el voto de la izquierda nacional y con ello favorecer los intereses electorales del PRI. No pocos ya han descubierto que López Obrador no ha dicho una palabra sobre la Reforma Energética ya aprobada, por mencionar solo un ejemplo. Tímidamente ha estado criticando al gobierno, pero nada trascendente.
No nos extrañe. López Obrador fue priísta y sabe perfectamente lo que significa negociar espacios de poder y en este caso, su propio partido. Que obtendrá, por cierto, fácilmente su registro como partido político nacional… y un muy buen presupuesto de varias centenas de millones de pesos para el próximo año.
Mal negocio no es.
Así que volviendo al tema original. Todo apunta a que el PRI gane la mayoría de curules en San Lázaro el año entrante. Es evidente que así han estado operando desde el Gobierno Federal. Sí, habrá un poco de voto de castigo para el tricolor en algunos sitios, pero creo que obtendría la mayoría de curules en la Cámara de Diputados.
Y en Puebla esto será evidente por lo que hemos escrito aquí mismo hace semanas: Es claro ya que Rafael Moreno Valle fue a ofrecerle al Presidente Peña Nieto que la elección de 2015 es para que su partido (el PRI) gane la mayoría de escaños. Y que en Puebla él no meterá las manos para que ganen los panistas. Pero que le deje que los candidatos priístas sean de su agrado o al menos que no sean sus enemigos o críticos feroces.
Ya es más que claro el tamal que ya hicieron. Aunque hoy lo nieguen y renieguen sus dirigentes locales (tanto priístas como panistas). Los acuerdos ya se dieron a nivel nacional y estos pobres ni siquiera han sido convidados. Peña Nieto ganará su mayoría de Diputados y Moreno Valle no será tocado por la PGR ni la Suprema Corte hasta nuevo aviso. Lo sé, lo saben, lo sabemos.
¿Qué Distritos ganará el PAN, para que Moreno Valle no quede como un inútil vende-elecciones ante el panismo ortodoxo? Pues quiere los cuatro de la capital. Y quizás el de Teziutlán, para su amigo y testaferro Juan Pablo Piña, que un día sí y otro también, sigue haciendo campaña regalando cosas del Gobierno estatal. Mi duda sigue siendo si será abanderado del PAN o… del PRI, partido al que jamás ha renunciado y fue recientemente figura nacional indiscutible. Aunque cualquiera de las dos posibilidades son una humillación para los pobres panistas. Si va por el PRI el Gobernador lo ayudará a ganar. Si va por el PAN… un priísta nacional les arrebatará la candidatura. Patéticos y sin dignidad.
En fin. Creo que los escenarios ya están más que planteados y negociados.
Y los pobres panistas y priístas poblanos haciéndose ilusiones y… pendejos. Les encanta.
