Debemos contemplar que frecuentemente el encargado de la tanda se lleva el dinero, o podemos “perder” nuestra alcancía o tener un problema con el familiar al que le prestamos, y así fácilmente tirar a la basura el esfuerzo que habíamos realizado.
Generalmente pensamos que el tema del ahorro no es para nosotros, o que simplemente no nos alcanza para ahorrar, pero por ejemplo, si destinamos 20 pesos diarios, lo que generalmente gastas en unas papas y un refresco, estamos hablando que al final del año tendrás ya un ahorro de 7,300 pesos, y cuando esto lo replicamos a lo largo de varios años, e invertimos en alguna institución financiera nuestros ahorros, pues el esfuerzo empieza a rendir sus frutos y deja de ser una cantidad despreciable lo que tenemos ahorrado. Por ejemplo no es lo mismo ahorrar para pagar la universidad de los hijos cuando entran a prepa (tendrías tres años de ahorro), que cuando nacen (tendrías 18 años).
Hay que plantearse metas
Ahora bien, ya nos hemos mentalizado y con mucha disciplina empezamos a ahorrar, por lo que el segundo punto es buscar qué hacer con ese ahorro. El ahorro lo tenemos que invertir para capitalizarlo, buscando que crezca a un mayor ritmo, y sobre todo, que no pierda valor en el tiempo. Debemos enfocarnos en tener un instrumento financiero en el que obtengamos rendimientos por encima de la inflación. De esta forma estaremos conservando el poder adquisitivo de nuestro ahorro.
Para esto podemos acercarnos a cualquier institución financiera y ver las opciones que tienen para nuestros ahorros. Los fondos de inversión son una excelente opción, ya que no necesitamos grandes cantidades para poder tener una inversión diversificada, y recordar que una buena idea para nuestro portafolio es tener parte de ese ahorro de largo plazo en inversiones de renta variable.
El autor es Vice President, Institutional & Corporate Sales, Asset Management de BBVA Bancomer.
