El periodo de regreso a clases significa un fuerte desembolso para la familia, por lo que el financiarse para la compra de útiles escolares a través de un crédito prendario en una casa de empeño, es una opción que debes de analizar detenidamente para no perder el dinero de tu bolsillo o el artículo que dejes en garantía.
La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) recomienda que te asegures de que el empeño es el último recurso para obtener un préstamo, ya que a pesar de que el trámite te lleve 10 minutos, la casa de empeño es la opción más costosa al momento de estar en la nada deseable circunstancia de tener que pedir un préstamo, ya que son los financiamientos más altos que se pueden encontrar en el mercado.
Enero es el mes en que más afluencia tiene este tipo de establecimientos, aumentando en un 15% la demanda de pignorantes (como se denomina a las personas que empeñan algún bien) por la imperiosa necesidad de dinero en efectivo; sin embargo, el regreso a clases es una de las dos principales causas por las que las personas acuden al empeño.
Por todo lo anterior, antes de acudir a la casa de empeño, es importante que estés consciente de todos los cobros que hará la empresa por el préstamo que te dará, sí como el cuidado y custodia que tendrá sobre tu prenda.
Las casas de empeño pueden cobrar intereses desde 4% hasta 23% mensual, pero el dato más importante a tomar en cuenta es el Costo Anual Total (CAT), que son el costo por intereses y comisiones de préstamos y operaciones a crédito entre diferentes instituciones para poder conocer la mejor opción.
“Investiga por lo menos en tres establecimientos diferentes para conocer la mejor opción en tasas y CAT. Además de los intereses hay otros cargos a considerar: por la custodia, el seguro contra robo o percance y el IVA, haz cuentas”, sugiere la Profeco.
Infórmate del porcentaje real que te prestarán por la prenda que llevaste a empeñar. Algunos presumen prestar el 90% del avalúo que se haga del objeto; sin embargo, la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) situó este porcentaje entre el 25% y el 45% en promedio.
La Profeco recordó que tendrás que firmar un contrato en el que la casa de empeño y tú aceptan una serie de derechos y obligaciones. Todas las casas de empeño tienen la obligación de registrar sus contratos de adhesión ante la Procuraduría, lo cual es una garantía de que no se impongan cláusulas abusivas en el documento legal.
Si como consumidor no liquidas el préstamo o no pagas el referendo, que es el costo del periodo vencido para que se amplíe el plazo para pagar el total, la casa de empeño vende la prenda. Del dinero obtenido se descuenta el préstamo, los intereses, el seguro, el almacenaje y los gastos de operación, lo que queda se llama “demasía” y eso es lo que se entrega al cliente.
La Profeco destacó que al empeñar en una tienda con el distintivo de la Asociación Mexicana de Empresas de Servicios Prendarios (Amespre), el consumidor puede estar seguro que lo está haciendo en una tienda que cumple con todos los requisitos que marca la ley para el sector; es decir, está debidamente registrada ante la Profeco y cumple con la legislación vigente en cada entidad, por lo que es una de las cosas que debes preguntar al llegar al establecimiento prestamista.
La Condusef asegura que la ventaja que tienen las casas de empeño, es que se puede acceder a un financiamiento de forma inmediata, además de ser una opción para la población que no tiene algún producto del sector financiero formal.
Sin embargo, los costos por el servicio de empeño son muy altos, lo que puede llevar a que se pierda la prenda, además de que se corre el riesgo de que sea maltratada al momento de almacenarla.