Chalchihuapan, la onda expansiva de grueso calibre y probada científicamente en la cabeza de un cerdo, es la misma que dejó un mudo, un tuerto y un muerto. El gobierno morenovallista herido de muerte, es como la bala disparada por Mohamed Alí Agca contra Juan Pablo II en 1981, no lo mató pero iba a matarlo
Juan Pablo II murió 24 años después y Alí Agca está vivo y en libertad. En cambio, la bala perdida de Chalchihuapan provocó la muerte de un niño inocente y, la muerte cerebral de un gobierno que no ve, no escucha y que tampoco dialoga. Peor aún, la onda expansiva salpicó al panismo, dirigentes y militantes tienen las manos manchadas de sangre, sea de palabra, obra y omisión, ya que ellos lo escogieron, ellos le creyeron, ellos votaron por él y, pareciera finalmente que Rafael Moreno Valle Rosas es lo que se merece el PAN.
Quien prometió en 2010 ‘echar’ al marinismo de Casa Aguayo, reemplazó el gobierno estatal con lo más grotesco y autoritario del PRI. Las ‘acciones que transforman’ se impusieron por encima de la dignidad de los poblanos. Como si la fiera divinidad del sol que ilumina Puebla bastara para ello. Moreno Valle, convertido en un faraón moderno ha derrochado el erario en obras suntuosas como el Parque Lineal, la Estrella de Puebla, el Teleférico, el Metrobús, el Centro Integral de Servicios, las lagunas de concreto hidráulico, Audi, Concesiones Integrales, entre otras cositas.
Deseoso de tener una borregada fiel hasta la ignominia, sus lenones operadores han ejecutado la doma y castración del panismo, promoviendo afiliaciones en masa de priístas con nexos masónicos. A propósito de la masonería, el sello de esta infestación que ha desvirgado al PAN, está en los puentes viales que dominan el horizonte poblano y que terminan en una punta invertida (la escuadra y el compás), así como el ojo de Horus (el ojo que todo lo ve) en la Estrella de Puebla.
¿Y Rafael qué le dio al panismo? Nada a muchos y pura de árabe al resto. Los ilusos que pensaron quedarse hasta 2017 fueron arrumbados en dependencias que luego cerró por ‘reingenierías’. En cambio, cobijó a hordas de fuereños provenientes del PRI, PRD, Convergencia y Nueva Alianza sin que los dirigentes panistas títeres exigieran la inclusión en el gobierno estatal a su militancia. Así pues, se ganó el gobierno perdiendo el partido.
Cómo explicar el comportamiento de un dirigente que en 2003, criticó con dureza el ‘hoyo financiero’ morenovallista y terminó seducido por los encantos de ‘Rafa’, convirtiéndose en ‘algo más’ que su principal corifeo y fogoso admirador: Pablo Rodríguez Regordosa. Rafael Micalco Méndez, otro hijastro que si no se entregó carnalmente al gobernador, éste lo colocó como dirigente títere en el PAN estatal, sitio donde cultiva el culto a la personalidad y exaltación del nieto del ‘doctor y general’ del mismo nombre y apellidos –por cierto, del PRI-.
Oportuna mención de quienes le abrieron las puertas del PAN, pensando en ‘aborregar’ a Moreno Valle como Eduardo Rivera, Rafael Micalco, Ángel Alonso, Roberto Grajales y el incontestable quijote que camina Puebla, Francisco Fraile García, quien en un acto de desagravio aporreó la puerta del Comité Municipal exigiendo equidad, un vasito con agua y permiso para ir al baño, cuando fue negado el uso de las instalaciones del PAN a Ernesto Cordero en la pasada contienda interna. ¡PRImero pintan al coco y luego se espantan con él!
Hoy las estrellas que brillan en el septentrión morenovallista no son otros que ‘panistas de cepa’ como: Jorge Aguilar Chedraui, Juan Pablo Piña Kurczyn, Patricia Leal Islas, Eukid Castañón Herrera, Marcelo García Almaguer, Mario Riestra Piña –hijo de un connotado panista- (sic) y otros de medio pelo como Jesús Zaldívar Benavides, Genaro Ramírez (+), Guillermo Velázquez Gutiérrez, Blanca Jiménez Castillo, Enrique Cruz Pardo, Horacio Quénel, Cecilia Espino, Félix Hernández, Genoveva Huerta, Martha Erika Alonso que sirven para alborotar la gallera con promesas incumplidas de empleo y gestión de obras.
Chalchihuapan simplemente es el reflejo de todos los males que aquejan al PAN.
Pero bueno… afortunadamente si algo nos ha enseñado la historia es que todos pueden ser reemplazables, ahí están Hitler, Napoleón, Trujillo, Batista, Stalin, Idi Amin, Somoza, Stroessner y muchos otros que sucumbieron al plomo de las balas o al exilio forzoso. Igual pasará con ‘Su alteza serenísima’ cuando –como elCid campeador– cabalgue muerto sobre su caballo.
¡Lo mejor para Puebla está por venir!