22-11-2024 01:11:48 PM

Bate, que bate, debate el chocolate

elmapache

Por lo general se convierten en un ring side en donde los contrincantes se tiran de puyazos, sueltan cifras sin ton ni son, lanzan una retahíla de promesas y al final, cada quien sale con el brazo en alto creyéndose el vencedor.

En Puebla tenemos ejemplos variopìntos de debates exitosos y fallidos, siendo más los segundos.

Cómo olvidar el soliloquio que se aventó en el 2004 el entonces candidato panista a la gubernatura, Francisco Fraile García, quién lejos de aprovechar la ausencia de su contrincante priista, Mario Marín, quedó en ridículo y, para colmo, perdió la elección.

En la memoria colectiva aún estàn frescos los ecos del debate del 2010, en donde los dos candidatos fuertes sacaron a relucir los trapitos sucios de su contrincante, mientras que el tercero, el representante de las izquierdas, quedó como mero pelele observador.

Ese debate concluyó de la peor manera para el candidato priista cuando atacó a su contrincante con un argumento de carácter personal y homofóbico, lo que influyó enormemente para que perdiera la elección.

Tampoco podemos olvidar el parloteo lacrimógeno del candidato presidencial priista Francisco Labastida Ochoa cuando acusó a su contrincante panista Vicente Fox de burlarse de él y llenarlo de calificativos infantiles.

Y qué tal el reciente debate presidencial en donde quien cobró mayor notoriedad fue la edecán del IFE, Julia Orayén, quien distrajo a los debatientes y a los telespectadores con su bien dotado busto al descubierto.

Dicen los expertos que generalmente quien solicita primero la realización del debate es el candidato que se siente o se muestra en el segundo lugar de las preferencias, recurriendo a ese ejercicio como recurso para subir puntos en los porcentajes de intención al voto.

En esta bisoña contienda electoral, ha sido el candidato de Puebla Unida, Antonio Gali Fayad, el primero que ha lanzado el reto para la realización de 3 debates. Su contrincante priista, Enrique Agüera, ha respondido que no sólo 3, sino 6.

Las recientes mediciones indican que existe un empate técnico entre los dos, por lo que la propuesta del debate por parte del candidato coalicionista no parece responder a una medida desesperada por subir en los números, sino que más bien obedecería a una estrategia de ser el primero en hacer planteamientos y definir agendas, obligando a su contricante aliancista a responder o conceder.

No es descabellada la contrapropuesta de Enrique Agüera de que los debates se hagan en espacios públicos, abiertos para la asistencia de representantes de todos los sectores: mujeres, jóvenes, empresarios; para que sean ellos los que planten las preguntas y pulsen las reacciones, las miradas, las posturas corporales de los debatientes.

Estos ejercicios de exposición de ideas deben cambiar su anquilosado formato: de ser debates grises, fríos, impersonales deben transformarse en ejercicios plurales, abiertos, espontáneos.

¿Será que podríamos ver algo así en esta contienda electoral?

Los dos candidatos: Gali y Agüera, son personas que les gusta el trato directo con los poteciales electores, por lo que no sería problema para ellos realizar un debate así.

Ojalá.

Correo electrónico: yosoyelmapache@gmail.com

Twitter: @yosoyelmapache

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