A principios del mes de diciembre del 2012 Felipe N, a la sazón empleado de una dependencia del gobierno del estado, pasó a mejor vida.
Sabedores sus parientes que, como trabajador sindicalizado, tenía el derecho de poder herederar la plaza a uno de sus hijos, convinieron en iniciar los trámites ante la dirección administrativa de la dependencia correspondiente.
En la citada dirección les aceptaron los papeles y les dijeron que, dado que ya se acercaba el día 15 de diciembre, el trámite saldría de inmediato y sin mayor problema el heredero podría comenzar a trabajar.
Pasaron los días y, por alguna u otra razón, el mentado oficio no se expedía, ante la insistencia de los familiares.
“Es que ya estamos cerrando año”, les dijeron.
“Primero sacamos lo de los aguinaldos”, les señalaron.
“Ya está elaborado, nomás le falta la firma”, les mintieron.
Total, que así los trajeron, de vuelta y vuelta, hasta que terminó el mes y el año.
Para la primera semana del mes de enero del presente año, les informaron que ya estaba firmado el título y que podrían pasar a recogerlo.
La alegría les duró poco, porque al revisar el documento se percataron que la fecha de expedición era del 01 de enero del 2013 y no, como les habían prometido, del 15 de diciembre de 2012.
¿El detalle?
Que el primer día del año entraron en vigor las reformas a la Ley de Servidores Públicos aprobadas por el sumiso Congreso del Estado, las cuales suprimieron el derecho sindical para hederar la plaza, derivada de la iniciativa presentada por el diputado “independiente” Alejandro Oaxaca.
¿El resultado?
La familia de Felipe N se quedó chiflando en la loma, sin el ingreso esperado, y el gobierno del estado se ahorró una plaza sindical más, la cual, por cierto, ya está congelada.
Están documentados por los menos 8 casos similares de lo que se ha convenido en llamar “una nueva canallada contra los burócratas”.
Ésta es una de tantas artimañas a las que recurre el gobierno en su razzia contra los sindicalizados.
Ya le contaré las presiones que existen en contra del personal que ya alcanzó los 65 años de edad o los 30 años de servicio, para que vayan recogiendo sus cositas.
Y a todo esto, ¿El ignoto líder sindical Héctor Posadas Manzano?
Paseándose en pants la mayor parte del día, desayunando en conocidos restaurantes, esperando la pinche señal para dejar el sindicato y lanzarse en la búsqueda de la presidencia municipal de su terruño.
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