01-05-2024 09:30:39 PM

El mensaje de Maldonado

tempestad15

Y es que para Luis, llegó el inevitable tiempo de las definiciones políticas, esas que irremediablemente marcarán su futuro.

Maldonado es de los pocos que puede presumir el hecho de poder escoger entre integrarse a la “aventura” de formar parte del regreso del PRI a la presidencia de la República  o intentar escalar a una posición de mucho mayor peso específico e influencia al interior del gabinete estatal.

La duda real que le impide decidirse es la forma en la que el gobernador perfilará a su candidato a la presidencia municipal de Puebla.

Creyente de que la lealtad y el agradecimiento deben de ser valores que hay que ensayar en la práctica política, es claro que si se da en los hechos en tan cacareado rompimiento entre el gobernador y su cuñado, a Maldonado no le interesaría permanecer en el equipo de Moreno Valle.

Mucho menos llegar maniatado a una posición en donde por definición deben de existir condiciones mínimas de libertad y capacidad de negociación.

Lo anterior parece cada vez más difícil con un mandatario estatal que prácticamente dejó de escuchar consejos de sus colaboradores cercanos y que entiende el disentimiento como una afrenta personal.

Por eso, hace apenas unos días, Maldonado habló abiertamente de un tema del que hasta hace muy poco era un auténtico tabú, imposible de tratar frente a los medios de comunicación: la invitación real que tiene del presidente electo para ser parte del próximo gobierno federal.

El periódico Excélsior lo maneja como parte de una terna de la que saldrá el próximo Secretario de Educación Pública, como una de las posiciones a otorgar a Elba Esther Gordillo como pago de factura por la operación electoral del magisterio a favor de Peña Nieto.

Si bien en los hechos se ve muy difícil que Maldonado llegue a ser secretario, tiene prácticamente amarrada una subsecretaría, siempre y cuando se decida a abandonar Puebla.

La preferencia de Maldonado por Manzanilla no debe de sorprender a nadie.

Los lazos de amistad que los unen son no sólo muy fuertes, sino añejos.

Corrían los complicados días posteriores al asesinato de Luis Donaldo Colosio en aquel oscuro 1994 y el PRI se enfrentaba al enorme reto no sólo de desmarcarse de la responsabilidad del magnicidio, sino de llevar a cabo un complicado proceso de amarres internos para garantizar que sectores y liderazgos cerraran filas en torno al nuevo candidato presidencial, Ernesto Zedillo Ponce de León.

Luis Maldonado fue parte importante de esto e invitó a sumarse a la nueva campaña a un entusiasta joven amigo, con ideas innovadoras y creativas, pero sobre todo, con mucha vocación política: Fernando Manzanilla Prieto.

Fue Manzanilla, a su vez, quien le propuso a Maldonado que su entonces mejor amigo, Rafael Moreno Valle, se integrara también al trabajo político a favor de quien fuera presidente de la República entre 1994 y el 2000.

A partir de ahí han caminado juntos, sorteando complicadas coyunturas políticas.

Sin embargo, el resto mayúsculo para el núcleo del equipo morenovallista será evitar una mortal fractura de cara al proceso local del próximo año.

Y es que, las mieles del poder han metido ruido en una relación que parecía hasta hace muy poco a prueba de balas.

De tres que parecían inseparables, muy pronto podría quedar sólo uno.

Solo, muy solo, perdido en su laberinto.

¿Será?

latempestad@statuspuebla.com.mx

Twitter: @ValeVarillas

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