Porque ya sabíamos que Josefina Vázquez Mota no era el portento de candidata que los panistas querían ver, a fuerza de compararla con otros dos peores –Cordero y Creel- a los que les ganó fácilmente la nominación blanquiazul.
Ya sabíamos que era malita para las entrevistas –repite todo, canta y parece que nunca responde lo que se le pregunta-, que no es buena para el debate y polémica y que no era la candidata favorita del Presidente Calderón.
El resultado es visible ahora en la campaña real: Malos eventos, equivocaciones en discursos y declaraciones, mal manejo de prensa, pésimo equipo de campaña. Ahora intentan cambiar y recurren a la asquerosa guerra sucia que tanto les gusta a sus asesores españoles y a buscar doscientos “asesores” entre los que destacan puro perdedor e inepto para campañas (Germán Martínez, Ernesto Cordero, Gustavo Madero, Zavala, Molinar Horcasitas…). Nada nuevo.
De Enrique Peña Nieto ya sabíamos cuál sería su estrategia, más que cantada desde hace muchos meses: No despeinarse para no despeñarse y no perder su cómoda ventaja en todas –todas- las encuestas serias nacionales. Buena manufactura de spots, eventos controlados, no responder directamente ataques y polémicas, paseos nacionales con la Gaviota. Nada nuevo.
Y de Andrés Manuel López Obrador sabíamos que tarde o temprano se cansaría –ante la falta de resultados- de su soso discurso del amor y del perdón y empezaría con sus tradicionales ataques a Peña Nieto, al PAN y a las televisoras. Ya lo está haciendo y esto le ha dado uno o dos puntos para arriba en las encuestas. Pero nada más. Lo conoce un 98 % de la gente, pero más del 80 % de ella lo rechaza. Nada nuevo.
Y de los tres, no puedo recordar alguna propuesta contundente o que genere polémica para diferenciarlos. Cero propuestas, muchos spots, muchos espectaculares con sus fotos. Nada nuevo.
Por cierto, muchos perredistas hoy chillan que por qué hay tantos spots de Peña Nieto (fácil la proporción es de 3 a 1 con respecto a AMLO) pero no recuerdan que ellos estuvieron felices de aprobar la Reforma Electoral de 2007 y en ella se basa la actual repartición de spots que controla el propio IFE, pues el PRI arrasó en 2009 y con ello es el partido al que tocan más. Nadie sabe para quién trabaja.
Resultado: Enrique Peña Nieto sigue encabezando las encuestas y hasta ha aumentado claramente su ventaja sobre la pésima Josefina a casi 30 puntos porcentuales. López Obrador sigue en tercer lugar aunque se acerca a Vázquez Mota. Los panistas empiezan a mostrar desesperación, los priístas a confiarse y los perredistas a gritar fraudes, exceso de gastos de campaña y lo que se les ocurra esta semana.
Nada nuevo.
Sí. Este es el estado actual de nuestra democracia a la mexicana.
Bienvenidos a la realidad.
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