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Radiografía de fin de año: el PRI y su ¿regreso?

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De hecho, como partido el PRI aventaja poco más de 10 puntos al PAN y casi 20 al PRD. Pero como precandidato, Peña Nieto le saca a López Obrador casi 17 puntos y a Josefina Vázquez Mota más de 25 puntos. Ni se diga a Ernesto Cordero -33 puntos- y a Creel, prácticamente 40.

Vamos, el PRI y su precandidato han venido superando a todos sus contendientes cómodamente durante los últimos tres o cuatro años.

El detalle estriba en que aún no hay campaña real ni candidato en el Partido Acción Nacional, situación que suele catapultar las preferencias a dicho partido y a quien lleve como abanderado.

Faltan aún poco más de seis meses para que se verifique la elección y aún pueden pasar muchas cosas, como comentaremos más adelante.

¿Por qué el PRI ha recuperado simpatías entre una ciudadanía que lo rechazó en 2000 y 2006? ¿Por qué el tricolor, aunque pierde dos elecciones presidenciales, gana en no pocos procesos intermedios o locales? ¿Por qué el PRI ha recuperado la mayoría de Estados que en algún momento perdió ante el PAN o PRD (Chihuahua, Nuevo León, Aguascalientes, Querétaro, San Luis Potosí, Zacatecas, Yucatán, Michoacán, Tlaxcala y más)?

Las respuestas son varias.

En primer lugar, porque la alternancia es ya una realidad en este país: Si el electorado -que cada ocasión razona más su sufragio- observa que un gobierno emanado de un partido no funciona o no resuelve los problemas que lo aquejan, simple y sencillamente lo castiga en la siguiente elección. Esto lo hemos observado ya demasiadas ocasiones en muchos Estados de la República.

Por otro lado, el PRI no desapareció después de perder dos veces la Presidencia. Al principio le costó trabajo reorganizarse, pero es un hecho que al día de hoy ha aprendido de sus dolorosas derrotas y se vuelve a presentar como una opción para una ciudadanía que tarde o temprano se desilusiona del partido que la gobierna. Y aunque ha perdido la Presidencia y algunos bastiones importantes (Puebla, Oaxaca, Sinaloa), también es cierto que ahí han ganado alianzas antipriístas que lanzaron a candidatos que habían militado destacadamente en el tricolor.

Vaya, el PRI no murió. Por el contrario, su semilla fue regada en todos lados y hoy muchos políticos destacados del país de cualquier partido, militaron en su momento en el partido tricolor.

Así pues, al momento actual, su precandidato único es quien despierta mayores simpatías. Enrique Peña Nieto lleva construyendo su candidatura presidencial desde hace varios años con el apoyo innegable de las televisoras importantes del país. Supo fabricar su “mito” de que es quien ganará la elección en 2012 y hoy la gente responde naturalmente que votaría por él.

¿Imagen creada artificialmente por los medios? ¿Candidato hueco y fatuo? ¿Ignorante que no sabe responder preguntas difíciles y que no podrá con la presión de la campaña verdadera con sus debates, guerra sucia, confrontación a medios, etc.?

Todo eso y más. Sin embargo, sigue siendo el puntero en todas las mediciones. Ya quisiera el PAN tener un precandidato artificial que encabezara las encuestas como Peña Nieto, por más que lo critique y difunda sus pifias (que efectivamente han sido monumentales y confirman lo que se decía de él… pero sigue siendo el puntero, en serio).

Sin embargo, y aún con todo lo dicho, también es cierto –repito mucho- faltan varios meses para la elección presidencial. Veremos si Enrique Peña Nieto soporta todos los embates de sus adversarios y realmente es un personaje con preparación y cultura para poder ganar una campaña complicada y llena de obstáculos. En las últimas semanas ha cometido notables errores que pueden costarle caro… aunque no se sabe aún.

Además, aún falta el candidato real del PAN y la campaña que encabece (recordando que ese partido siempre “sube” una vez que comienza la campaña). Y desde luego, falta ver si el precandidato de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador –el otro que lleva en campaña unos 10 años- sigue convenciendo a clasemedieros que no es conflictivo y que es hora de darle una oportunidad ante las decepciones que han sido PRI y PAN en su momento.

Y por supuesto que puede despertarse el antipriísmo que siempre está latente hasta que se le recuerda al electorado en una elección presidencial. Quizás ya no es tan grande como antes por todo lo que ya mencionamos… pero existe todavía. Quizás solo haga falta recordarlo puntualmente a los ciudadanos que hoy no simpatizan con ningún partido.

Ahora bien, el PRI irá en alianza con otros dos partidos –Partido Verde Ecologista y Nueva Alianza- que en conjunto no despiertan más que un muy escaso porcentaje en las preferencias que levantamos en las encuestas. Aunque por ahí no radica el valor de tales alianzas.

Lo valioso del Verde es que despierta simpatías entre el electorado joven, con poca militancia partidista y con limitados conocimientos de historia (que los hiciera estar concientes de los añejos excesos del sistema priísta). Cuatro o cinco puntos porcentuales sí que le puede aportar el Verde al PRI en una elección presidencial, que si es muy competida, sabrán a oro puro al final.

Y Nueva Alianza lo que aporta es su “operación electoral”. O sea la presencia de miles de profesores del SNTE para ser representantes de casilla y en un momento dado, promotores del voto tanto días previos como el día mismo de la elección (en una elección federal disminuye la importancia del “voto golondrino”, salvo para algunas zonas o Estados que le interese ganar a como de lugar a la profesora Elba Esther Gordillo… y Puebla puede ser uno de ellos, con el apoyo de uno de los incondicionales aliados de ella, que es el Gobernador Rafael Moreno Valle, expriísta de cepa, por cierto).

Entonces, con tendencias a su favor, con el Verde aliado que puede atraer a jóvenes apartidistas, con el PANAL-SNTE operando a todo vapor y un precandidato producto del marketing que sí atrae hoy a la mayoría del electorado… todo pareciera indicar que el PRI sí  que puede recuperar Los Pinos esta vez.

¿Aguantará la presión Peña Nieto o se derrumbará en las preferencias? ¿Cambiarán radicalmente las tendencias durante la campaña? ¿Andrés Manuel López Obrador crecerá hasta alcanzar y rebasarlo? ¿Algún día crecerán los panistas? ¿Operará el Gobierno federal con todos sus recursos con tal de no regresarle el poder al PRI? ¿A quién creerá la gente y a quién rechazará?

Son preguntas que aún no podemos responder.

Pero que intentaremos dilucidar poco a poco, de acuerdo a lo que nos responda la gente en las encuestas.

La suerte está echada.

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