Conocido por su consuetudinaria diatriba en contra de todo lo que hizo y dejó de hacer Mario Marín Torres y su gobierno, Pablito no pudo concretar nunca un plan de trabajo para su área, demostrando que era pura baba de perico.
Pablito, como titular de la Secretaría de Competitividad, Trabajo y Desarrollo Económico, es sólo el mero payaso de las cachetadas para recibir los denuestos de la clase obrera, como quedó demostrado en la pasada asamblea de la Froc-Croc en donde se entregó una presea al rector Enrique Agüera.
Cuentan asistentes al evento que en el momento en que el maestro de ceremonias lo anunció como representante del gobernador, la estruendosa música de viento no se hizo esperar; todos los obreros le mandaron saludos a su jefa y, cuando lo vieron rojo del coraje y la vergüenza, cambiaron las mentadas por piropos de esos que los albañiles le dedican a la muchacha linda que pasa enfrente de la obra.
Dicen que en los rostros de Fernando Morales Martínez, Juan Carlos Lastiri, René Sánchez Juárez y del mismo Agüera Ibañez, todos ellos invitados especiales; se dibujaron sonrisas burlonas, mientras que la dirigente municipal priista Claudia Hernández se tapaba los oídos para no escuchar tantas bajezas.
No son pocos los desencuentros que ha tenido Pablito con la clase obrera local. Y es que si de algo carece el joven Rodríguez Regordosa es de tacto para sortear algunos temas difíciles, como pasó cuando sostuvo un “cara a Cara” contra el sindicato de la Volkswagen, al aseverar que los empleados eran los únicos culpables del millonario robo sufrido en la planta, en los albores del presente año, por preferir el pago en efectivo que a través de nómina bancaria.
Cómo olvidar que el mismo sindicato de la armadora exigió que las negociaciones se llevaran a cabo sin la presencia del bisoño secretario, quien se salió por la tangente diciendo que era un tema entre particulares que no le competía al estado, cuando tradicionalmente el representante gubernamental fungía como un mediador.
Tampoco se puede desdeñar que desde hace tiempo ha dejado de ser interlocutor válido con inversionistas de otros países, como quedó demostrado en el reciente viaje que hizo el gobernador a tierras alemanas, en donde mejor lo acompañó el secretario de turismo, mientras el joven Pablito presumía haber sido eficiente en su rol de “sacacopias” de los documentos que el gobernador se llevó a Europa.
Y qué decir de su incapacidad para “cuadrar” opiniones en la derecha poblana ante las iniciativas enviadas por el ejecutivo para impulsar la Ley de Adopciones y la Ley sobre el aborto, siendo que tiene derecho de picaporte dado que los líderes empresariales son sus cuñados y primos carnales.
De todos es sabido que su posición en el gabinete es más un pago de facturas por haber logrado que las familias custodias de los destinos del Yunque en Puebla le hubieran dado su apoyo al actual mandatario en su campaña y porque, ciertamente, fue de los primeros panistas en declararse abiertamente “morenovallista”.
Eso también explica que sea una de las cartas de Rafael Moreno Valle para el Senado bajo las siglas de Acción Nacional. Esto se entiende en la coyuntura del intento de limar asperezas con los conservadores, luego de haber violado acuerdos contraídos bajo el membrete de Compromiso por Puebla.
Con lo pragmático que es el gobernador, no me cabe duda que es atole con el dedo a los panistas y, en los cambios normales después del primer año, hará los enroques necesarios para sacar a Pablito del gabinete, mandarlo de candidato al Senado, cumplir con su promesa de haberles abierto espacios en su equipo de primer nivel y seguir llevando las riendas en todo.
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