En primer lugar, que los panistas y perredistas, nunca estarían proponiendo tal postura… si no fuera porque están muy lejos del puntero en todas las encuestas de preferencia preelectoral para la Presidencia de la República.
¿O ustedes creen que el PAN y varias de sus principales figuras apoyarían tal idea si tuvieran un precandidato con las preferencias de Enrique Peña Nieto? Vamos, si así fuera, serían los principales críticos de semejante “barbaridad” y estarían atacando a quien lo propusiera (seguramente priístas o perredistas) de que “las mayorías son las que deciden y que éstas se construyen en las urnas…”
Que es exactamente lo que dicen los priístas: Que por qué carambas van a integrar un gobierno de coalición si seguramente Peña Nieto va a arrasar la elección presidencial y seguramente también tendrá la mayoría de escaños en el Congreso para su partido.
Bueno, eso es lo que creen y dicen los priístas.
Pero en realidad, el debate –que ciertamente tiene un sustento interesante y está diseñado por académicos de prestigio- se reduce a que todos los firmantes del mentado desplegado piensan que si el PRI gana la elección presidencial, esto representará un retroceso para la transición democrática.
Y vuelvo a la pregunta de hace unos días en este mismo espacio: ¿Si gana el PRI en 2012, entonces eso no es democracia? ¿Pero no la alternancia es que gane un partido y luego otro distinto?
En fin. Creo honestamente que si PAN o PRD trajeran una buena tendencia en las encuestas, no estarían tan preocupados por todo este asunto de hacer gobiernos de coalición. O sea, ellos solos se están ventaneando de que ya están preparándose para una eventual y muy visible derrota.
Al menos al momento actual.
Pero hay otro detalle.
De hecho… ya hay gobiernos que arribaron por coaliciones electorales. Supuestamente, en Puebla, Sinaloa y Oaxaca, por mencionar tres casos del 2010, ganaron alianzas de partidos y la idea era que integrarían gobiernos pluripartidistas y de amplia aceptación social.
Sin embargo, en Puebla somos testigos de lo que ha ocurrido con la mentada alianza pluripartidista que ganó la elección para Gobernador y Congreso local.
Ni gobierno de coalición, ni mucho menos amplia aceptación social.
Le realidad, a quince meses de que ocurriera la victoria de “Compromiso por Puebla” y a más de nueve meses de gestión de las autoridades emanadas de ella, es muy diferente a lo que se esperaba.
De entrada, la dichosa coalición está más que rota.
El Partido Convergencia se salió de ella y su principal líder es ahora uno de los más tenaces críticos del Gobierno de Rafael Moreno Valle (bueno, al menos hasta hace unos días… no sé ahora). Convergencia ya ha dicho, en voz de sus más connotadas figuras nacionales (Dante Delgado, Luis Walton y hasta el propio Andrés Manuel López Obrador) que el gobierno de Moreno Valle es autoritario y que jamás volverían a apoyarlo.
El PRD es poco menos que un adorno en el gobierno supuestamente aliancista. Ninguna de sus figuras visibles ostenta cargo alguno y la verdad es que nadie les hace caso en el Gobierno estatal.
Y el PAN, partido al que supuestamente pertenece el Gobernador Moreno Valle (él lo gritó orgulloso en su toma de posesión), está cada vez más alejado del propio mandatario y sus líderes se quejan todos los días que los principales cargos de gobierno se le quedaron a expriístas con pasado poco claro en cuanto a honestidad se refiere.
Nueva Alianza es el único partidito que hoy es aliado incondicional de Rafael Moreno Valle, porque en él manda la principal protectora –por ahora- del propio Gobernador.
Finalmente, un buen sector de la sociedad ya se ha dado cuenta de que el gobierno resultante de la histórica jornada de aquel julio de 2010, no tiene nada de pluripartidista y sí mucho de autoritario. Exactamente lo que tanto despreciaba la gente de Mario Marín.
Resumiendo: ¿Cuál gobierno de coalición? ¿Es buena la propuesta? O bueno, al menos ¿Es viable?
La experiencia en Puebla es que las alianzas electorales y gobiernos pluripartidistas de coalición son poco menos que una vacilada.
Y los intelectuales proponiendo, pues, vaciladas que nadie lleva a la práctica.
Mejor que se pongan a escribir novelas.
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