Una opinión es una creencia más intensa que una impresión, aunque menos fuerte que un conocimiento. La opinión es de carácter verbal y simbólica. Con ello podemos afirmar que “opinión pública”, es la suma de creencias sostenidas por un público sobre determinadas circunstancias en ciertos momentos.
Un escenario considera a la “opinión pública”, como inmutable sin ninguna evolución, la ve como una creencia fija sobre determinados aspectos de la vida diaria. Otro, la conceptúa como un proceso orgánico de construcción de ideas interactivas.
La fija será barrida por ideas racionales posteriores. Mientras que la orgánica sufre un proceso democratizador; donde los ciudadanos se vuelven responsables de su convivencia diaria gracias a la información juiciosamente imparcial que reciben diariamente de la massmedia.
La primera nace de la creación manipuladora de la dictadura, de los liderazgos políticos, económicos, o religiosos, o también de una camarilla temerosa de la inteligencia ajena.
Mientras que la opinión pública democrática se nutre minuto a minuto de la información plural proporcionada por los medios de comunicación independientes. Gracias a ésta, los ciudadanos toman parte en la formulación de las propuestas sociales y gubernamentales.
Una opinión pública democratizadora permite el sano desarrollo de las fuerzas materiales e intelectuales que guarda una comunidad, un pueblo, una nación o un estado federativo tan atrasado como lo es el poblano, salvo que Usted tenga datos estadísticos que prueben lo contrario, ella sostiene la moralidad de una comunidad “cuando se pierde o se limita a una pequeña élite, la democracia se menoscaba, o incluso se auto aniquila”.
En el caso poblano, el gobierno estatal ha de conocer seguramente que en Puebla como en el resto de nuestra Patria, los lectores de periódicos, diarios o revistas no pasamos del 1.08%, que escuchamos radio del 17 al 22% y el resto que va del 75 al 77% dependemos de las empresas televisoras para informarnos.
Estos números en ningún momento consignan que la opinión pública pueda generarse oyendo radio o atender a la televisión, que son herramientas distinguidas esencialmente por ser un medio distractivo.
El único medio capaz de generar opinión pública democratizadora, es el medio impreso, toda vez que nos permite conocer los problemas, discutir las soluciones, mensurar estas y admitir racionalmente sus consecuencias; y aunque a partir de no más de una década existen algunos programas de radio o t.v. dedicados a estimular la función neuronal, la prensa escrita sigue creando ideas, conceptos y soluciones.
Son cuatro sus etapas formativas según los estudiosos:
1.- Aparece un problema social o varios intempestivamente, como corolario de algún proceso social desintegrador. Ejemplo: La inseguridad personal que es y será siempre de orden público, nacida de la corrupción.
2.- Esto origina intra-sociedad: disensiones con razones o sin ellas, debates y opiniones de expertos.
Ejemplo: A raíz de la guerra Calderonista (decidida por el señor Presidente de la República, toda vez que ningún mexicano fue consultado), existen más de cincuenta mil caído en diversos combates (todos jóvenes – todos de origen marginado), y aún no hay un concepto estratégico para hacerla menos cruenta, pues la opinión púbica no ha consolidado tareas concretas a los gobiernos y a la sociedad.
3.- En esta etapa la opinión pública consolida las tareas de lo realizado anteriormente. Ejemplo. ¿Aplicaremos los aquí radicados en México la tesis de Méndez Cerco: “Acabemos con el mal, no con los malos”?, o lo que pretenden algunos: “Practicar ejercicios bélicos permanentes de tierra quemada”.
Lo primero exige exterminar la corrupción mediante la educación y las sanciones a los actos criminales. Volver a recrear el sistema de oportunidades para acabar con la pobreza. Mejorar pueblos y ciudades con servicios públicos universales. Educar para el éxito y darle felicidad a la Patria y a las 32 Matria federativas.
4.- Aquí se consolidarán los ejercicios anteriores dando paso a una opinión pública debidamente constituida, la cual luchará diariamente contra los que ejercen cualquier tipo de poder: político, económico, cultural, religioso o recreativo, es más estará lista para enfrentar al mismo poder que la originó: el poder de la letra impresa. Salvo su opinión.
