Ayer fueron presentadas dos encuestas nacionales de dos de los más prestigiados –y serios, aunque a algunos no les caigan bien- despachos especializados en el ámbito político-electoral (Consulta Mitofsky de Roy Campos y El Universal-Buendía&Laredo, de Jorge Buendía) y Ernesto Cordero sigue en los últimos lugares en intención de voto, tanto entre población abierta como entre simpatizantes del PAN.
Efectivamente –como en las encuestas que hemos hecho del tema en el BEAP en Puebla-, Cordero ya es más conocido (inevitablemente, luego de sus famosas y desafortunadas declaraciones sobre temas económicos del país), pero no provoca a la gente a que votara por él si fuera candidato del PAN a la Presidencia de la República.
Cordero sigue muy rezagado frente a los dos panistas más conocidos y con mejor intención de voto, que son Santiago Creel y Josefina Vázquez Mota (en ese orden).
Por lo anterior, todo indicaría que la contienda panista podría centrarse entre Creel y Vázquez Mota pero… yo creo que hay que hacer algunas observaciones.
En primer lugar, las encuestas solo marcan una tendencia, que efectivamente no favorece a Cordero; pero en el PAN la contienda interna se limita a militantes y adherentes y esos no son necesariamente medidos por los ejercicios demoscópicos.
Y hacer una encuesta entre puro militante conlleva muchas dificultades que ya hemos platicado aquí desde hace tiempo (muestrear solo el padrón de militantes, lo que significa que el encuestado está consciente que el encuestador sabe quién es y eso provoca que puedan no ser sinceros en sus respuestas… y más si son panistas, politizados y muy radicales en sus simpatías personales).
Por lo anterior, creo que a lo que le apuesta Felipe Calderón es a ganar la contienda interna con Cordero, consiguiéndole simpatizantes en los Estados donde puede operar “cargada”, que son donde hay Gobernadores panistas (como Puebla).
Vaya, Calderón sabe perfectamente que Cordero va hasta atrás en las encuestas, pero eso no le preocupa: Quiere primero ganar la contienda interna y luego –según él- ocurrirá un fenómeno como el que supuestamente él protagonizó en 2006, o sea ganar la Constitucional partiendo de escaso posicionamiento previo.
Lo que olvida Calderón es que ganó por menos de un punto porcentual… a otro candidato que cometió muchos errores, aunado a un mal tercer candidato (Madrazo), que hizo que mucha gente razonara el famoso “voto útil”. Pero hoy ninguna de esas variables existe.
Pero bueno, todo lo anterior es lo que manejan y pregonan los simpatizantes y operadores de la candidatura de Cordero.
En resumen: Que no importa que hoy no pinte en las encuestas, que primero se ganará la interna y que luego habrá un extraordinario fenómeno que desembocará en que Cordero sea simpático para el electorado y le gane a Peña Nieto (luego de una campaña en la que el PAN utilizará guerra sucia, ataques, escándalos –según ellos, repito- y todo tipo de estrategias que ya tienen preparadas…).
Sí, ya sé que suena a masturbación mental, pero solo repito lo que aseguran los corderistas.
¿Mi opinión?
La repito una vez más. Creo que Cordero sí llegará a la contienda interna y ahí se enfrentará a Josefina Vázquez Mota (creo que Creel finalmente declinará a favor de la Diputada, aunque esto solo es una hipótesis, pues puede ponerse necio y también contender en una lucha de tres).
El resultado de esa votación interna es incierto, aunque creo (siempre creencias, repito) que los panistas ortodoxos se unirían (con línea dictada desde el Yunque) para derrotar a Ernesto Cordero. Y la candidata en ese escenario sería Josefina Vázquez Mota.
Pero bueno, son suposiciones con los datos con los que contamos hasta hoy.
Ahora bien, si por alguna causa no totalmente conocida al día de hoy (imposición calderonista, declinación de Vázquez Mota, etc.) Ernesto Cordero fuera el candidato del PAN, otra cosa sería que pudiera ganarle a Peña Nieto, que en cualquier medición, lo aventaja hoy en casi 50 puntos porcentuales.
Realmente sería difícil que Cordero remontara cuatro o cinco puntos mensuales de aquí a la elección -y que Peña Nieto bajara esos mismos puntos-, para entonces poder alcanzar y hasta ganar al todavía Gobernador del Estado de México.
Al día de hoy, pues, el panorama para Ernesto Cordero es bastante complicado en cuanto a sus aspiraciones. Y todavía ayer declaró que no se va de Hacienda hasta noviembre. No sé cómo entonces podrá posicionarse entre la gente si el cargo le absorbe demasiado tiempo, que debería estar ocupando en convencer a los electores.
Bueno, si eso es realmente lo que quiere.
Porque el Cordero puede ser en realidad borrego calderonista.
Pronto veremos el desenlace.
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