06-05-2024 10:03:15 PM

¿Gajes del oficio?

alpie03

Aquí mismo comenté el año pasado que en no pocos Municipios del interior del Estado cada vez era más difícil el levantamiento de cuestionarios por varios motivos. El primero era que –paradójicamente- ahora que se conoce cada vez mejor las encuestas y su uso, mucha gente no quiere ya responderlas por pensar que los levantadores son enviados del gobierno o de algún político en específico. Y hay odio contra todos ellos.

En procesos internos el trabajo se dificulta aún más: Todos los precandidatos se andan vigilando unos a otros y piensan que las encuestas pueden ser manipuladas por sus adversarios o bien que ellos mismos pueden influir en su levantamiento. Por eso, en localidades rurales más pequeñas, en ocasiones ha sido un verdadero infierno nuestro trabajo: Como vamos uniformados, gente de cada precandidato nos empieza a seguir, cuando no a hostigar de plano o por supuesto a insistir –de maneras no muy amables a veces- que debemos encuestarlos a ellos.

Desde luego, los encuestadores y sobre todo los Coordinadores de Campo del BEAP reciben una capacitación y saben qué hacer, además de que todos llevan gafete de identificación, teléfonos para emergencias y donde no entra la señal del celular, indicaciones para llamar desde una caseta pública de larga distancia.

Pero por eso mismo –ir uniformados y arribar a los sitios en autos con los logos de la empresa- los pobladores de los Municipios pequeños identifican fácilmente que “ya llegaron los de las encuestas” y en un lapso muy corto, medio pueblo ya está enterado de nuestra presencia, ocurriendo lo que he narrado.

Vaya, nos han correteado, amenazado, han pateado a encuestadores exigiéndoles que “se larguen”, nos han sacado armas para ahuyentarnos… En alguna ocasión, una camioneta-patrulla de la Policía de la localidad con varios sujetos armados (entornos de Antorcha Campesina), apareció para exigirnos que debíamos ir a la Presidencia Municipal a pedir autorización para levantar las encuestas (¿¡?!). Y no se conformaron con eso, a partir de ese momento anduvieron atrás de nosotros y se paraban detrás de cada encuestado para  escuchar las respuestas ciudadanas en los domicilios (atemorizados, igual que mis encuestadores). Nos fuimos de ahí de inmediato.

Por eso a veces ya preferimos no ir uniformados, para tratar de pasar desapercibidos y hacer correctamente nuestro trabajo. Pero eso también puede ser contraproducente, pues la gente duda de quiénes somos realmente o “por quién fuimos enviados”.

En serio, cada día se complica más nuestro trabajo.

En las ciudades grandes hay otros problemas. Reitero, como cada día se conocen más las encuestas (lo cual es bueno, pero trae consecuencias), la gente desconfía de nosotros pues piensa que somos o fuimos enviados de un partido o candidato en especial (que eso probablemente sea cierto, pues son los clientes que pagaron por el ejercicio de medición), y es entonces cuando recibimos groserías o de plano ya mucha gente se niega a contestar. En temporada electoral el porcentaje de rechazos es altísimo (a veces 8 de cada 10 intentos…).

En las grandes ciudades nos tenemos que meter a las zonas más pobladas, que obviamente son las más depauperadas. Entramos a colonias donde hay altísima delincuencia, drogadicción, asaltos. Muchos de mis encuestadores son señoritas (universitarias), que corren y sortean auténticos peligros en muchísimas ocasiones.

Hemos levantado cuestionarios en las zonas más pobres y de más inseguridad en Puebla, DF, Guerrero (Acapulco y Chilpancingo incluidas sus zonas más peligrosas), Jalisco (Guadalajara, Zapopan y zona metropolitana en sus zonas más problemáticas), Oaxaca (en sus zonas más conflictivas), Veracruz en sus zonas más pobres (y hoy azotadas por Los Zetas), Baja California y BCS (en las zonas donde fue encontrado “El Pozolero”), Morelos, ¡Sinaloa!… y varios Estados más quizás no tan famosos por su inseguridad (Tlaxcala, Hidalgo, Q.R.…).

Vaya, la demoscopia ya no es un trabajo tan sencillo como muchos piensan. Y aún así somos atacados y vilipendiados.

He lanzado el reto una y otra vez desde hace varios años, de que el que dude que levantamos los cuestionarios o dude de los resultados, nos acompañe todo un día (o varios) al trabajo de campo. Que presencie lo que es nuestro trabajo. Que vea lo que es encuestar con calorones de más de 40 grados o con fríos de 0 grados. Que escuche las respuestas. Y que luego nos acompañe a la Empresa y presencie la captura de datos. Que vea el análisis y que vea cómo se grafica con los programas de estadística social. Y si no es lo que publicamos en los medios en los que tenemos acceso, le endoso las escrituras del BEAP. Pero si sí es lo que presenció y publicamos, que lo reconozca públicamente y nos pida disculpas… y se calle su boquita.

Sigo esperando quién acepte.

En fin, todo eso nos ha estado pasando. Y sé también que las dificultades irán aumentando cada día más. Son gajes del oficio, ni modo y a cuidarse.

Pero lo que sí nos eriza la piel, nos preocupa grandemente, pero más que cualquier otra cosa, nos indigna, es lo que ha pasado en Michoacán (Estado en el que pocos ya se atreven a encuestar, como Tamaulipas, por ejemplo). ¿Qué pinche culpa o responsabilidad tienen 9 encuestadores de las empresas de los amigos y destacados colegas Roy Campos (Consulta Mitofsky) y Francisco Abundis (Parametría)? (de los mejores encuestadores del país, aunque a muchos no les caigan bien).

Al momento de escribir esta columna seguían desaparecidos los muchachos. No sé si hay mujeres entre ellos, pero de lo que estoy seguro es que son jóvenes en su mayoría. No quiero ni imaginarme cómo estarán en estos momentos sus padres y familias. ¿Qué responsabilidad o relación pueden tener unos chamacos encuestadores con los pleitos de narcos y políticos en Michoacán?

Obviamente fueron confundidos (como sostiene Abundis), pero de cualquier manera, el hecho es abominable y la autoridad estatal y federal sí que tiene responsabilidad. Ahora resulta que ya ni encuestar podemos porque nuestros muchachos pueden ser secuestrados o agredidos (no quiero pensar que les pasó algo más grave).

No. No puede ser. Exigimos un encabronado ¡Ya Basta! A Felipe Calderón y en este caso a Leonel Godoy. Ya párenle. Cumplan con su función. Y si no pueden… ¡Renuncien!

LA NOTA AL PIE…

El hecho de que Elba Esther Gordillo y su partido (Nueva Alianza) hayan decidido ir junto al PAN en Michoacán, para apoyar a Luisa María Calderón, no es tan buena noticia como los panistas creen y festejan… (olvidando lo que hace apenas unos días muchos de ellos gritaban contra la Maestra).

Yo solo les recuerdo que en Veracruz, Nueva Alianza también iba supuestamente en coalición con el PAN. Y a medio proceso, Gordillo negoció con Fidel Herrera (la Secretaría de Finanzas que hoy ostenta Tomás Ruíz) y dejó solo a su ex consentido Miguel Angel Yúnes.

No. No es garantía ni de ir juntos realmente ni de triunfo, el que el Panal vaya con el PAN en Michoacán. Capaz que es un típico juego perverso de la Maestra, experta en esas lides.

Pero los panistas nunca aprenden las lecciones.

jriverp@yahoo.com

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