William Pitt (El Joven) Primer Ministro Británico (1783-1801 y 1804-06) comprendió cabalmente a la Revolución Industrial y el requerimiento de expandir el comercio internacional. En virtud de ello la independencia de las colonias españolas se tornó en un asunto de su mayor interés.
Respecto del Cabo de la Buena Esperanza (Sudáfrica) entonces colonia holandesa, Pitt afirmaba…
“Es el pasaje a y desde la India como Gibraltar hace con el Mediterráneo” y que si “en manos holandesas es una pluma, en manos francesas sería una espada”.
De manera que tropas británicas toman El Cabo en 1795, pero este es devuelto a Holanda en virtud de los Tratados de Amiens, y luego vueltos a tomar cuando en 1805 esperando órdenes para atacar al Río de la Plata, el Almirante Popham recibe información sobre las débiles defensas de El Cabo y “por la facilidad que esta colonia daría para la proyectada conquista de las colonias de la costa oriental de la América del Sur” ataca con éxito. Casi simultáneamente se da la victoria de Trafalgar, lo que eliminó la amenaza de la escuadra franco-española facilitando el ataque al Río de la Plata.
El 25 de junio de 1806 desembarcan las tropas británicas y el 26 Buenos Aires se rinde. Ante la cobardía de las autoridades virreinales el pueblo se levanta en armas e inicia la reconquista de la ciudad, que culmina cuando reciben apoyo desde Montevideo. No obstante la derrota en tierra, la flota británica mantuvo el bloqueo a los puertos de Buenos Aires, Montevideo y Maldonado, mientras en ambas márgenes del río (hoy Argentina y Uruguay) se organizaron milicias populares que más adelante jugarían un importante papel en las luchas independentistas.
Habiendo recibido refuerzos, los británicos atacaron, tomaron y saquearon Maldonado (hoy parte de la conurbación de Punta del Este) y posteriormente Montevideo y Colonia del Sacramento en la Banda Oriental (Uruguay) y desde ahí fomentaron el contrabando de manufacturas británicas aún hasta Brasil y Perú. Con la noticia de la caída de esas plazas, en Buenos Aires el Cabildo se constituye en Junta de Guerra y en un hecho insólito decreta la destitución del virrey, nombrando a Santiago de Liniers -héroe de la reconquista- lo que alarma sobremanera a la Corona Española, que aduce la renuncia del virrey por motivos de salud y reconoce a Liniers.
El 5 de julio de 1807 el ejército británico atacó a Buenos Aires, que defendida por sus habitantes y después de sangrientas luchas derrota al invasor. El 7 de julio los ingleses se rinden y aceptan el plazo de dos meses para desocupar la Banda Oriental. De este modo el Imperio Español conservó el Virreinato del Río de la Plata pero gracias a la acción de sus propios habitantes quienes constataron la incapacidad de la metrópoli de defenderles. Esto catalizó los movimientos independentistas en toda Sudamérica.
Los comerciantes ingleses seguían desesperados por el Bloqueo Continental, de manera que comenzaron a agrupar fuerzas para un nuevo ataque, pero planteando ahora no una invasión sino según los consejos de Francisco de Miranda, como libertadores, pero al producirse el Levantamiento del Pueblo de Madrid el 2 de mayo de 1808 contra las fuerzas napoleónicas, ese ejército es enviado a Portugal para apoyar a la insurrección en España.
En ese agitado Mundo Eurocéntrico se dan las Guerras de Independencia Hispanoamericanas, en las que sin profundizar, comentaremos su evolución política.
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De los virreinatos y capitanías españoles surgirían hasta 1824 15 Estados independientes: Argentina, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Chile, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela. Posteriormente se independizarían República Dominicana (1844) y Cuba (1898).
Al culminar el periodo independentista (1808-24) se dan intentos por formar grandes Estados. En 1819 la Gran Colombia (Colombia, Panamá, Venezuela y Ecuador) disuelta en 1830; En 1816 las Provincias Unidas del Rio de la Plata (Argentina, Paraguay, Uruguay y parte de lo que hoy es Bolivia); en 1837 se unieron por tan sólo dos años Perú y Bolivia; En 1824 el Imperio Mexicano que comprendía desde Nutka, Oregón y Luisiana hasta Costa Rica, del que se segregarían en 1824 las que fueron Provincias Unidas del Centro de América. En 1889 Brasil se constituyó también en República.
Todos estos Estados tenían potencial para constituirse en potencias de consideración, sin embargo no tuvieron una clase política capaz de conducirlas eficazmente.
Cabe comentar como terminaron los Grandes Libertadores de América:
Francisco de Miranda.- Precursor de los movimientos independentistas en Sudamérica. Participó en la Guerra de Independencia Norteamericana y en la Revolución Francesa. Tuvo contacto personal con George Washington, Napoleón Bonaparte, Catalina la Grande, Federico II de Prusia, Duque de Wellington, La Fayette, Potemkin, Samuel Adams y otros grandes personajes de su tiempo. Influyó poderosamente en Bolívar, San Martín, Sucre, O’Higgins, Fray Servando Teresa de Mier, Matías Irigoyen y otros caudillos hispanoamericanos. Solicitó a William Pitt (El Joven) Primer Ministro Británico ayuda militar para ocupar las principales ciudades sudamericanas, pero los planes para ello se fueron demorando en función de los acontecimientos en Europa.
Simón Bolívar.- Actor fundamental en la independencia de las actuales repúblicas de Venezuela, Colombia, Panamá, Ecuador, Perú y Bolivia (virreinatos de Nueva Granada y Perú y Capitanía General de Venezuela). Fue presidente de Venezuela, de la Gran Colombia y de Bolivia, así como Dictador del Perú, pero sobre todos esos títulos se le da el de Libertador. En 1828 sufrió un atentado del que salió ileso, siguió gobernando Colombia, pero fue desterrado de Venezuela y repudiado por Perú. Dimitió, pero no le fue aceptada su renuncia. Muere poco después.
José de San Martín.- Personaje fundamental en la liberación de Argentina, Uruguay, Paraguay, Chile y Perú. Fue nombrado Protector del Perú gobernándolo poco más de un año. A sus 45 años hubo de exiliarse. Murió en Francia a los 72 años habiendo ostentado los títulos de Capitán General de la República de Chile, General de las Provincias Unidas del Río de la Plata y el que él declaraba como su primer título: “Generalísimo del Ejército del Perú”. En su testamento pide que su corazón sea enterrado en Buenos Aires.
Antonio José de Sucre.- Consolidó la independencia de la Gran Colombia, consumó la de Ecuador y abrió el camino para la del Perú, cuyo Parlamento le nombró Gran Mariscal. Fundó la República de Bolívar (en homenaje a Simón Bolívar) a quien encargó redactar la Constitución, habiendo sido presidente de este país y del Perú. Herido en un motín y para evitar la guerra civil, abandona la presidencia de Bolivia y se retira a Bogotá. Poco después fue asesinado
Bernardo O’Higgins.- Fue el primer jefe de Estado de la República de Chile bajo el título de Director Supremo entre 1817 y 1823, cuando renunció voluntariamente al cargo para evitar una guerra civil, se exilió en el Perú hasta su muerte.
Agustín de Iturbide.- El único de los Libertadores de América que no estuvo vinculado a la masonería, consumó la independencia en base a un proyecto político (Plan de las Tres Garantías) y no en una guerra. Fue el primer Jefe de Estado mexicano con el título de Emperador entre 1821 y 1824. Abdicó para evitar una guerra civil, se exilió y a su retorno fue fusilado.
Una vez fragmentada Iberoamérica, se debatió en guerras fratricidas:
Guerra Argentino-Brasileña (1816-28) entre las entonces llamadas Provincia Unidas del Río de la Plata y el Imperio del Brasil por la posesión de la Banda Oriental (hoy República Oriental del Uruguay) y los territorios de Rio Grande del Sur (ahora el estado brasileño de Río Grande do Sul). Los intereses comerciales y financieros británicos soliviantaron a los contendientes buscando hacer del Uruguay un Estado colchón que les proporcionara margen de operación. La escuadra francesa también participó en estas luchas que terminaron independizando al Uruguay de ambas potencias sudamericanas.
Guerra GranColombo-Peruana (1828-29) disputa por territorios hoy de Ecuador y Bolivia. La victoria grancolombina bajo el mando del Mariscal Sucre deriva en la constitución de la República de Bolivia y en la de Ecuador.
Guerra contra la Confederación Perú-Bolivia (1836-39) en la que le atacaron el Ejército Unido Restaurador (con tropas peruanas y chilenas) y Argentina.
La Guerra Grande (1839-51) cuando las diferencias entre caudillos de ambas márgenes del Río de la Plata son aprovechadas por los imperialismos británico y francés, cuyas escuadras intervinieron sin el menor pudor
Guerra de la Triple Alianza (1864-70) Brasil, Uruguay y Argentina soliviantados por Inglaterra en contra de Paraguay, que en ese momento era el país más próspero de Sudamérica. En 1864 la población paraguaya se estimaba en millón y medio, al finalizar la guerra sólo sobrevivían 220,000 de los cuales sólo 28,000 eran hombres. Fue un verdadero genocidio, se destruyó la industria y los ferrocarriles y Paraguay perdió parte de su territorio que fue ocupado por Brasil. Todos los beligerantes quedaron endeudados con la banca británica.
Guerra del Pacífico (1879-84) Chile contra Bolivia y Perú por problemas de límites e intereses económicos británicos asentados en Chile. A consecuencia de esta guerra Bolivia perdió su salida al Océano Pacífico y Perú la provincia de Arica
Guerra del Chaco (1935) entre Paraguay y Bolivia, que después de perder ante Chile sus costas al Pacífico, buscaba salir al Océano Atlántico por el río Paraguay. También se decía que había petróleo en ese territorio, lo que resultó falso. Paraguay retuvo el 75% del territorio en disputa y Bolivia obtuvo su salida al río.
Además de incontables asonadas, guerras civiles y golpes de estado en todas las nuevas repúblicas.
No hay grandes variantes con lo sucedido en México durante el siglo XIX. Desgarraron a estas naciones quienes pretendían suplantar a las instituciones surgidas de la Civilización Occidental Cristiana y quienes se aplicaban a preservarlas, y parece que la madre de todas las batallas nunca habrá de verificarse…
