Una de las primeras ?si no es que la primera y más insistente- propuestas de campaña del candidato panista-perredista Rafael Moreno Valle al comenzar la contienda que culminará el 4 de julio, ha sido el acudir a debatir con el candidato priísta-verde Javier López Zavala.
Y eso ya lo sabíamos de antemano.
Desde al año pasado comentábamos aquí mismo (y en no pocas charlas con amigos políticos, académicos y periodistas) que seguramente, la primera cosa que haría Moreno Valle sería insistir hasta el cansancio la realización de debates donde, de acuerdo a su perspectiva, podría demostrar que él sabe más que López Zavala y que tiene mejores argumentos para que voten por él.
Por supuesto ?también preveíamos- que la respuesta reiterada del priísta ?así como la insistencia del panista- sería negarse tantas veces como fuera necesario. Y no exclusivamente por temor o por confirmar que no puede contra una real o supuesta amplia cultura de Moreno Valle.
No. La razón es mucho más pueril: Un debate siempre lo insiste el candidato que va abajo en las preferencias ciudadanas, porque supuestamente puede servir para remontar esa desventaja de un buen golpe. Claro, en el caso en que lo gane en forma apabullante.
Y por su lado, el candidato que va arriba en las preferencias partidistas ?también ahí se juega pero con la estrategia contraria- razona que no debe darle gusto a su contrincante, además de que no debe meterse a ninguna situación que ponga en peligro o arriesgue su ventaja. Elemental.
En cualquier juego, una estrategia fundamental ?si se va ganando- es no perder la ventaja y entonces las tácticas son de defensa. Obviamente las del oponente son de ataque. Teoría de Juegos simple.
Por lo tanto, en las próximas semanas nos cansaremos de oír lo mismo: Uno insistiendo en ir a debates y otro negándose sistemáticamente. Y cada uno respetando su estrategia.
Incluso, también se sabe que Moreno Valle y su equipo estarán intentando ?cazar? a López Zavala personalmente para retarlo a un debate. Con cámaras y todo. Ya lo hizo Luis Paredes con Carlos Alberto Julián y Nácer. Es una de sus cartas fuertes en cuanto a guerra se refiere. Lo malo es que ya se usó una vez y difícilmente los priístas caerán en el garlito ahora.
LA REALIDAD DEL DEBATE EN LOS MEDIOS EN PUEBLA?
Aunque ya metiéndonos a lo que está pasando en estos primeros días de campaña, también podemos observar otras cosas sobre el mismo tema.
Oficialmente, solo tiene que darse un debate entre los candidatos a la Gubernatura (los candidatos a Alcaldías y a Diputaciones no tienen obligación alguna de debatir). O sea que, por el lado ?oficial?, López Zavala tiene la ventaja de que nadie puede obligarlo a acudir a debatir más que una vez.
Pero eso no es lo peor para la estrategia de Moreno Valle, sino lo que ya ha declarado el organizador de ese evento, el Presidente del IEE, Jorge Sánchez Morales, en el sentido de que tampoco es obligatorio para los medios transmitir el mentado enfrentamiento de ideas.
La razón es simple y tuvieron la culpa los propios partidos que legislaron el engendro de Reforma Electoral: Lo único obligatorio que deben trasmitir los medios en las campañas electorales son los spots de los partidos y candidatos. Pero de debates, nada. Si quieren, deben pagarlo ellos. Y ahí entraría a discusión si los partidos podrían pagar esa lana a una televisora o una estación de radio, si por ley no pueden pagar absolutamente nada que tenga que ver con campañas?
¿Ven cómo se echaron una soga al cuello los propios partidos con las payasadas que aprobaron en 2007?
Así que ya será por cortesía o por mucho interés democrático (que sabemos que no lo tienen muy arraigado) el que una televisora local transmita el debate. Pero aquí también hay puntos malos?
Si alguna de las dos, muy demócrata y participativa (que no se caracterizan por serlo, aclaro), decidiera hacerlo (televisarlo); la señal sería solo apreciada en el área metropolitana, pues la que llega al interior del Estado es en su enorme mayoría la que se emite nacionalmente. Así que el debate solo sería visto en Puebla capital y algo en algunos municipios conurbados. El resto del Estado, zonas rurales y campesinas? ni se enterarían del tema.
Y más aún: Está medido (por las empresas que analizan ratting y alcances de los medios) que los debates de políticos interesan muy poco a la mayoría de la gente. Vaya, la gran masa de ciudadanos está absolutamente más interesada en ver las telenovelas, la Guerra de los Chistes, Platanito Show o un buen partido de fut? que un espantoso y aburrido debate.
Eso, si fuera trasmitido en la noche. Pero si fuera durante el día, menos: Todo mundo anda trabajando y solo se entera de que hubo un debate por rumores o comentarios de terceros. Repito, está comprobado que la gran mayoría de personas ve la televisión para entretenerse, no para ver a los políticos, que de por sí son muy antipáticos también para el mayor porcentaje de ciudadanos de este país (todos los estudios cuantitativos nos dicen lo mismo siempre).
¿CUANTO VALE UN DEBATE EN LAS ENCUESTAS?
Finalmente, también se ha medido que un mal papel de un candidato en un debate, puede costarle unos cinco o seis puntos porcentuales (por todo lo que ya comentamos de que no lo ve todo mundo, los horarios, etc.) en las encuestas a población abierta.
Y suponiendo que efectivamente (repito, en el caso en que se diera? que no tendría por qué cumplirse inexorablemente) Moreno Valle hiciera un papel espectacular en el debate contra López Zavala, entonces éste último quizás bajaría esos puntos porcentuales (reitero, con un mega papel del panista-perredista). Pero si es cierto que el priísta aventaja al panista por unos quince o veinte puntos? aún le quedaría ventaja qué mantener y quizás hasta recuperar con otros eventos y estrategias en la campaña.
Pero también existe la posibilidad de que en el debate Moreno Valle se mostrara nervioso o titubeante? y entonces sí que le habrá resultado peor el remedio que la enfermedad. Vaya, un empate en el debate es un escenario más que bueno para López Zavala. Ganarlo le daría automáticamente la Gubernatura.
Y un factor más, por si fuera poco, es el de que no solo irán a debate Moreno Valle y López Zavala, sino que alguien hará el mal tercio: Tendremos que soplarnos las intervenciones del candidato del PT (Etcheverri, creo que se apellida)? que sabemos que no quiso (el PT) jugar al lado de Moreno Valle y entonces será una especie de aliado de López Zavala con argumentaciones contra el panista.
Así que, para concluir?
¿De veras la idea del (os) debate (s) es tan importante?
Sí, ya sé que en algo influyen? (en Estados Unidos la influencia de las televisoras y la cultura política de los ciudadanos son infinitamente distintas a las de los poblanos) pero
¿Usted cree que el que va arriba en las preferencias se va a arriesgar?
Vaya, en otras palabras, lo pongo al revés: ¿Usted cree que si Rafael Moreno Valle llevara una cómoda ventaja sobre Javier López Zavala propondría con la misma insistencia los debates?
No nos espantemos: Cuestión de rentabilidad. Cada uno quiere ganar. Y ninguno va a ponerse de pechito para que el otro lo supere, aventaje o alcance.
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