Como siempre, luego de que publicamos (BEAP, S.C.) alguna encuesta de preferencias pre-electorales o de posicionamiento de aspirantes a algún cargo de elección popular, se dan las más variadas reacciones y comentarios. Algunos acertados y con razón. Otros no tan acertados. Y algunos de plano injustos. Ya no digamos de los que descalifican un trabajo simplemente porque no están de acuerdo con los resultados que dice o presenta.
Y como yo sí tengo la oportunidad de responder a todos ellos, pues la aprovecho. Y hasta me sirve para comentar a su vez aquello que se me pasó en mi última colaboración aquí en STATUS o en la página del BEAP.
Digo, es la ventaja de que su servidor y amigo presenta personalmente los trabajos que hace. Siempre los firmo y los explico. No necesito que nadie los interprete o analice. Aunque desde luego cada quien tendrá una opinión o valoración distinta quizás hasta de un mismo hecho o una misma cifra. Pero eso es inevitable… y hasta sano en el sistema democrático que supuestamente estamos construyendo todos.
En fin. Aquí, pues, algunos de mis comentarios post-encuesta estatal. Ya como columnista y no solo como encuestador.
En primer lugar, algunos amigos dudan de los resultados de la Encuesta. Dicen que antes decía yo que había empate entre López Zavala y Dóger y ahora cambio y digo que el primero ya aventaja al segundo en preferencias ciudadanas. Pero… así salieron los datos de la medición.
Les recuerdo que la pasada encuesta se levantó hace un mes y medio. ¿Y en ese lapso pueden cambiar las preferencias? ¡Pero desde luego! También les he comentado aquí mismo hasta el cansancio que las mediciones de opinión pública tienen una validez corta, dependiendo de las circunstancias.
¿Qué pasó? Pues nada. Que la gente en muchas zonas del Estado ya conoce un poco más a López Zavala y, sobre todo, ya inspira más confianza e intención de voto. Yo no tengo la culpa de eso. Así está pasando y punto.
Si el titular de SEDESOL estatal ha gastado más en su promoción, si tiene más acceso a los medios, si se ha puesto a chambear o si ahora parece más guapo a la gente… eso no es responsabilidad del encuestador. Tampoco juzgamos en la medición quién está haciendo más cosas ilícitas o quién viola más la ley para buscar posicionarse mejor. Lo único que preguntamos es lo que ya expusimos en las gráficas.
Es oportuno también decir que en cualquier parte del mundo, un personaje que ostenta un cargo público siempre tiene mayor cobertura mediática y por ende, lo conoce más la gente o quizás hasta le tenga más confianza (claro que puede suceder lo contrario…). Pero eso tampoco es culpa ni responsabilidad del encuestador.
A Enrique Dóger, cuando era Presidente Municipal, lo conocía más del 90 % de los ciudadanos de la capital. Ahora ya no. El problema es que entonces no contendía por la Gubernatura y ahora sí. ¿Qué se le va a hacer?
Por otro lado, los resultados de la encuesta no es que “los diga yo”. Son las tabulaciones porcentuales de lo que va opinando cada ciudadano entrevistado en forma individual y aleatoria. Yo “no decía” que antes había empate y ahora ya no. Es lo que opina la gente, repito hasta la saciedad.
Porque es muy fácil atacar y descalificar sin conocimiento alguno. Entiendo que muchos poseen una ignorancia “no culpable” sobre demoscopia o estudios de opinión. Pero precisamente por ello, mejor que no juzguen lo que no dominan.
Finalmente, también entiendo que a muchos no les guste el resultado de una encuesta, porque perjudica al candidato de sus preferencias o bien porque beneficia a alguien que no quieren u odian.
Pues ni modo. La realidad no cambia porque a mí me guste o deje de gustarme. Porque a mí me convenga o no. Porque se ajuste a mis deseos o no.
Insisto: Nosotros (el BEAP) solo publicamos lo que dice la gente. Si eso se ajusta a los gustos de alguien, pues qué bueno. Y si no, la neta, qué le vamos a hacer.
En fin.
Mañana les muestro las preferencias estatales… por partido.
¡Puuuuffff!
jriverp@yahoo.com
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