¿Cómo nació realmente la leyenda de Chelís?
¿Qué factores se conjuntaron en su momento y qué personajes intervinieron para darle forma a una de las historias más atractivas y con más potencial, desde la perspectiva mediática claro, en toda la historia del equipo Puebla?
Si bien la materia prima que le da forma a la “leyenda” tiene que ver con las vivencias personales del técnico, su particular forma de ser y su muy especial temperamento, lo cierto es que existió una mano maestra que supo mezclar todos estos ingredientes y con ellos, moldear un personaje que resulta por demás atractivo desde el punto de vista de la mercadotecnia y los medios de comunicación.
El experto “creador” de todo esto, la mente brillante detrás del producto Chelís, se llama Víctor Gordoa.
El ex periodista, ahora convertido en una de las voces con mayor autoridad en América Latina en lo que ha creación, desarrollo y asesoría en imagen pública, es dueño de la empresa Imagen Pública, que tiene como clientes a American Express, Pfizer, Pemex, Banorte, Microsoft, Liverpool y otras 150 firmas, además, por supuesto, de ser uno de los consultores de cabecera del PRI.
Imagen Pública está formada por “un grupo de empresas especializadas en el manejo y estudio de los estímulos verbales y no verbales que crean el interesante fenómeno de la percepción”.
Se dedica concretamente a “investigar, diseñar, producir y evaluar los estímulos verbales y no verbales que sus clientes deben implementar para lograr tener la percepción deseada en sus respectivos grupos objetivo”.
Desde hace meses, Sánchez Solá recibe instrucciones precisas de cómo vestir, cómo actuar, qué decir, y cómo comportarse en entrevistas con medios de comunicación.
Un ejemplo claro de lo anterior se ve en las transmisiones de televisión, en donde el poblano se ve que ha aprendido a explotar al máximo el potencial del medio.
Sabedor de que constantemente estaba “al aire” durante un partido, Chelís siguió al pie de la letra un muy específico guión diseñado expresamente para que se convirtiera en un actor principal del cada vez más popular rito pambolero.
Y así fue.
A partir de la asesoría y más allá de los logros deportivos, la popularidad del poblano ha crecido como la espuma.
La venta de camisetas y demás artículos promocionales con su imagen es prueba de ello, además de que medios nacionales e internacionales lo buscan sin cesar.
La consecuencia lógica de semejante exposición es que “Chelís” se ha convertido ya en un término conocido en el ambiente futbolístico en varios países alrededor del mundo.
Por supuesto, fue Gordoa una de las manos negras detrás de la utilización de Sánchez Solá como artículo de promoción electoral a favor del PRI.
Conocedor del potencial político que tiene la adecuada explotación de un “producto” como Chelís y aprovechando la simpatía que por años ha mostrado hacia el priismo y sus candidatos, Gordoa le dio el último empujoncito al técnico para convencerlo de que apoyara a los alicaídos y poco populares candidatos del tricolor.
Se supone, entonces, que se trata de una decisión previamente estudiada y fríamente calculada.
¿Será?
Debe suponerse también que el especialista estudió por horas las consecuencias que para la imagen de su cliente tendría una potencial derrota del priismo poblano aquí en la capital.
¿O no?
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