Siempre digo que los dirigentes de los partidos suelen hacer “cuentas de la lechera”, refiriéndome a que empiezan a cantar victoria sin tener la seguridad de que así ocurrirá el día de la cita en las urnas.
A los del PAN les sucede a menudo. Sus encuestadores del D.F. les dicen quién sabe qué números y de inmediato creen que ya tienen el proceso ganado. Y no solo me refiero a que hagan declaraciones públicas argumentando que su partido va a la cabeza de las preferencias, porque ese es su papel como líderes de un instituto político.
No. Me refiero a que realmente se creen sus raros números y empiezan hasta a repartir puestos en los gabinetes –si la elección es para cargos ejecutivos- o bien a ilusionarse con su supuesta jugosa dieta futura. Vaya, algunos hasta se endeudan en campaña pensando que al ganar van a tener dinero de sobra para pagar. Y no solo en gastos de su propia aventura política, sino que algunos hasta coches de lujo adquieren y ropita que antes no tenían.
En el PRI, al parecer, las terribles experiencias pasadas ya los hace un poco más serenos en esto de cantar victorias anticipadas. La verdad es que lo que yo he visto en las últimas dos semanas, a partir de que varias encuestas serias coincidieron en que habían perdido ventaja sobre el PAN, es que se pusieron a trabajar.
Como que se “pusieron las pilas”. Y es que no era posible que teniendo una cómoda ventaja por más de un año, la perdieran en unas cuantas semanas.
Bueno. Pues todo esto lo traigo a colación porque los dirigentes panistas siguen repitiendo que “el PRI se desplomó en las encuestas” y que los tricolores están tan desesperados que quieren sumar tanto al Gobernador como a la Presidente Municipal a las campañas.
Y les comento con todo respeto: Pues eso es precisamente lo que tenían que hacer en el PRI. Es decir, si su partido iba perdiendo y leyeron correctamente lo que les dicen las encuestas serias, pues… debían cambiar de estrategia.
Y por lo pronto, los priístas meten a la campaña a sus dos activos más fuertes, o sea el Gobernador y la Alcaldesa.
Porque esté como esté la preferencia electoral, al menos Blanca Alcalá continúa con muy altas calificaciones por parte de la ciudadanía. Créanlo o no, pero así es. Y aunque parezca también difícil de creer, hay un gran sector de la población que califica bien al Gobernador.
Por eso solo hacía falta recordárselo un poco a la gente.
Así, mientras los panistas siguen mofándose de que el PRI se cayó en las encuestas, la realidad les puede dar sorpresas muy ingratas. Como ya ha ocurrido en otras ocasiones.
Porque en el BEAP seguimos haciendo encuestas. Y lo que yo veo es que las preferencias no están nada rígidas. La volatilidad de los votantes sigue muy fuerte. Y los que van ganando hoy, mañana quizás vayan perdiendo. Y en eso coincidimos todos los socios de la ADEI (Asociación de Empresas e
Instituciones de Investigación de Mercado y Opinión Pública de Oriente, A. C.), quienes nos seguimos reuniendo casi cada semana, analizamos datos, comparamos metodologías, discutimos tendencias (y con muchos planes, por cierto).
Nadie tiene seguro el triunfo. Los empates técnicos están a la orden del día, pero se rompen rápido cambiando de estrategias.
En otras palabras, mejor ver qué está pasando y no andar adelantando desplomes ni victorias que aún no ocurren.
Muy pronto, pues, veremos eso que está pasando hoy.
Espérenos solo unos días más.