Aunque algunos se enojen, pero es un hecho muy importante el que tratemos de especular sobre el sucesor de Juan Camilo Mouriño en la Secretaría de Gobernación federal.
Nadie niega que son momentos difíciles, pero el cargo es nada menos que el que le sigue al Presidente en la Administración Pública Federal. Y en los últimos meses, es desde donde se encabeza el combate al crimen organizado, que para hoy constituye un auténtico estado de guerra interna.
Algo parecido a lo que ocurrió en Colombia en los años 80 y 90 del siglo pasado. El narcotráfico llegó a tener tal poder económico, que compró a lo que quedaba de los grupos guerrilleros y tuvieron un enfrentamiento militar declarado con el gobierno. Con zonas de influencia y control incluidas en todo el territorio colombiano.
Y la única forma en que los gobiernos de por allá fueron terminando con los grandes capos y cárteles de la droga fue con resistencia, inteligencia y… la ayuda de los Estados Unidos, desde donde se les financió con millones de dólares y armamento para que enfrentaran al flagelo del crimen organizado.
El resultado es visible: Los grandes grupos del narco colombiano han ido perdiendo toda su fuerza para que ésta se trasladara a los carteles mexicanos.
Y en esas estamos.
Porque hasta ayer en la tarde que escribía esta columna, seguía sin existir una explicación creíble de la caída del Jet en el que viajaban Mouriño, Santiago Vasconcelos y demás colaboradores.
Lo único que han seguido repitiendo las autoridades federales es que todo iba perfectamente bien y normal y de pronto el avión se desplomó. Y con ello pretenden calmar las especulaciones y las hipótesis de atentado.
Pero lo único que han logrado es exactamente lo contrario. Con dicha explicación, confirman claramente que no había motivo alguno para que la aeronave se cayera de buena a primeras. Lo que crece entonces es la hipótesis del sabotaje deliberado.
Desde luego cómo, por quién y en qué momento se metió mano a la máquina es lo terriblemente difícil de explicar.
Mouriño y su comitiva salieron de San Luis Potosí sin imprevisto alguno e incluso los fue a despedir hasta que abordaron el pequeño Jet, el propio Gobernador panista Marcelo de los Santos. El avión despegó con normalidad, voló con normalidad y estaba ya tomado rumbo a la pista del aeropuerto Benito Juárez con toda normalidad.
Y de pronto se desploma. ¿Qué carambas pasó? ¿En qué momento falló el avión? ¿Por qué? Repito: ¿Quién y cómo pudo haberlo saboteado con tal exactitud? No hubo explosión en el aire, ni nada parecido. Testigos presenciales aseguran que simplemente se vino en picada. Un enorme misterio, pues.
Pero de que algo raro sucedió, ya no se puede ocultar. Y mal harían las autoridades si lo pretendieran hacer. Porque ahora más que nunca es cuando los mexicanos estamos esperando información real y una actitud decidida contra los criminales.
Ni modo. Es muy lamentable la pérdida de vidas humanas. Y más de jóvenes funcionarios con un promisorio futuro por delante. Pero también ellos sabían en lo que se estaban metiendo.
Ahora bien. Nuevamente entramos en la especulación de quién será el nuevo titular de las oficinas de Bucareli.
Ayer comentaba aquí mismo que Juan Camilo Mouriño no solo compartía amistad con Felipe Calderón, sino una claridad en los métodos sobre cómo tendrían que operar para alcanzar los objetivos que deseaban.
Eso quedó claro desde que fue titular de la Oficina de la Presidencia: En lo externo, negociar con quien se dejara para alcanzar primero gobernabilidad y luego legitimidad. Luego buscar sacar adelante sus reformas para preparar un escenario favorable, ganar la mayoría de escaños en 2009 y entonces sí, llevar a cabo una segunda mitad de sexenio con todo a favor para transformar al país de acuerdo a sus planes e ideología.
Por supuesto todo quedó a medias y lo de ganar mayoría en el Congreso está más lejos que nunca.
Pero en lo interno los objetivos también eran ambiciosos: Quitarle a la Organización del Yunque el control del PAN y tomarlo ellos para decidir candidaturas y con ello posibles gobiernos municipales y estatales.
Y los encargados de eso eran Mouriño y Germán Martínez. Y lo habían venido haciendo… pero también a medias. En los dos años de gobierno no han podido quitarle al Yunque en su totalidad el control del PAN. Han tenido que transar e incluso dormir con el enemigo.
Pero Felipe Calderón sigue teniendo el mismo plan y los mismos objetivos, siempre ha demostrado ser terco en sus empeños.
Por todo lo anterior, queda claro que el sucesor de Juan Camilo Mouriño tiene que ser tan cercano como éste con el Presidente y debe compartir los mimos ideales, planes y métodos.
Y quedan pocos para cumplir con ese perfil.
Uno de ellos es Germán Martínez, desde luego. Pero el hoy líder panista no sería bien visto por los partidos opositores y le negarían interlocución debido a sus bravuconadas contra todos los que no son panistas.
No creo que fuera Germán . Y no porque no quisiera el Presidente, sino porque no lo aceptarían otros aliados de Calderón, como Manlio Fabio Beltrones, por ejemplo.
Entonces crecen las posibilidades de Josefina Vázquez Mota, de César Nava y quizás hasta de Juan Molinar.
La titular de la SEP tampoco sería bien vista por otros actores políticos como Elba Esther Gordillo, aunque no la descarto del todo.
César Nava es de confianza íntima de Calderón, aunque demasiado joven para ese encargo. Creo que se burlarían de él la mayoría de líderes de los partidos de oposición. Pero no lo descarto del todo.
Y Juan Molinar es un hombre inteligente y maduro. Pero creo que le faltan las relaciones para manejar la política interna del país. Y tampoco lo descarto.
A quien sí descarto es a algún Senador o funcionario proveniente del Yunque. Desde luego la Organización está pujando porque sea alguno de ellos, pero Felipe Calderón no lo permitirá nunca. Santiago Creel ni en sueños.
¿Carlos Medina Plascencia? Quién sabe. Puede ser. Está distanciado de los radicales como Espino o Fox y aunque sí es miembro de la Organización, es moderado y maduro.
Alguien más ha filtrado incluso (seguro él mismo) el nombre del expriísta y hoy Diputado panista Diódoro Carrasco. Ya fue Secretario de Gobernación con Ernesto Zedillo. Pero ese sí sería el rompimiento definitivo de Calderón con el Yunque. Tal afrenta no la olvidarían jamás: Preferir a un priísta que a uno de los luchadores históricos del bien…
En fin. Siento que especulemos en los momentos difíciles del luto por Juan Camilo Mouriño y demás fallecidos. Pero la situación del país es, créamelo, de emergencia. Hoy seguramente despejaremos nuestras dudas.