Hasta el momento, los verdaderos efectos de la brutal crisis económica mundial, los poblanos los hemos estado sintiendo más en lo mediático que en la vida diaria. Por supuesto, lo que sí están experimentando ya desde el primer semestre de este año las amas de casa –sobre todo- es el alza permanente de precios en los productos de la canasta básica y los propietarios de automóviles el alza semanal en los precios de las gasolinas.
Pero, repito, aún no se siente lo duro de la crisis. Eso será hasta principios del próximo año. El actual como quiera ya está terminando. Y una vez que pasan los Días de Muertos, todo huele a Navidad. Y con ello una actitud narcotizada general que nos hace olvidarnos un poco de los problemas.
Lo feo vendrá a partir del mes de enero. Será entonces cuando, efectivamente, muchas empresas ya estén sufriendo los primeros efectos reales de la recesión mundial: Al quebrar numerosas empresas e industrias en Estados Unidos, cesarán pedidos para las mexicanas (en el ámbito automotriz, ya se resienten las faltas de pedidos… y sabemos lo que eso provoca en Puebla con la Volkswagen) y con ello comenzarán también los recortes de personal y cero aumentos salariales.
Y al haber despidos y salarios bajos con respecto a la inflación, muchos poblanos dejarán (lo están haciendo ya) de ir a comer a restaurantes, comenzarán a atrasarse en el pago de colegiaturas, no comprarán ropa ni zapatos (que ya habrán aumentado de precios, seguramente) y un largo etcétera.
Súmele a ello el regreso –ahora sí ya verdadero- de muchos paisanos que no encontraron chamba en el otro lado y otros más que fueron despedidos y que no tienen otra opción que retornar a sus lugares de origen, donde al menos tienen a su familia y hablan su idioma.
Justo entonces vendrán los pagos de inicios de año: Tenencia vehicular, pago de impuestos federales, estatales y municipales, agua. El costo de la electricidad –no sé usted qué opine- pero como que cada vez es más alto, aunque uno jure y perjure que sí está ahorrando en el consumo. Las gasolinas estarán llegando a precios mucho más altos que ahora y el gas doméstico también habrá aumentado.
Pero lo peor de todo este panorama es que, en serio, yo no veo un liderazgo nacional que nos impulse a enfrentar la crisis. Veo a un Presidente Calderón indeciso, dubitativo, molesto con todo mundo porque cree que nadie lo deja gobernar, pero tampoco hace mucho por mostrar que sí es el guía, la autoridad que el país necesita…
Primero se la pasó diciendo que aquí no pasaría nada y ahora ya no sabe qué hacer para asumir medidas concretas contra el estancamiento de la economía. Para muestra, la tibia reforma petrolera que deja a Pemex casi exactamente como estaba, con tal de no hacer enojar a sus adversarios políticos.
Claro, eso también ha desarmado al orate de López Obrador, pero a los que ha beneficiado sustancialmente es a los priístas, quienes realmente fueron los que sacaron adelante la negociación de la mini reforma.
Ahora, aumente usted a todo ese sombrío panorama, la ola de inseguridad y crímenes impunes en todo el país y entonces se completa el triste escenario.
Y es que cuando ocurre una gran crisis, los ciudadanos voltean para buscar quién pueda “salvarlos”. Y la mayoría de ellos, por el momento, en todas las encuestas que hacemos, dicen que están desilusionados del PAN y que el PRI ya no les parece tan malo.
En estos días en el BEAP estamos haciendo –como siempre- nuevas encuestas. Y estamos sondeando cómo ve la situación el ciudadano común y corriente y si espera que ésta mejore o empeore para el año próximo. Pronto les enseño los resultados.
Ya se imaginará Usted lo que opinan.
