Tal parece que ha existido una terrible confusión en el manejo y significado de los términos más usado para explicar la burda intentona de venta de casi 19 hectáreas del Parque Metropolitano, parte de la Reserva Territorial Atlixcáyotl-Quetzalcóatl.
Sí, esa extensión territorial en donde se asienta el sueño hecho realidad de todo niño poblano, ese símbolo de prosperidad y visión empresarial sin parangón en la historia de Puebla, ese imán que atrae visitantes de todos los rincones del país y allende nuestras fronteras, ese magnífico centro de diversiones que si se continúa manejando como hasta ahora, en un período no mayor a diez años podría estar al nivel de aquel gran conjunto de atracciones, que bajo el prestigiado sello de Chavero, cada 5 de enero se instala en la junta auxiliar de San Baltasar Campeche con motivo de la fiesta de su santo Patrono.
Por ello, y para contribuir al entendimiento generalizado de esta historia, ventilada por Rodolfo Rivera Pacheco en su columna de Status y que hoy es materia prima informativa de todos, absolutamente todos los medios locales, a continuación se propone un glosario de términos que nos abrirán los ojos y nos permitirán la total asimilación de esta penosa coyuntura que tuvo su génesis intelectual y operativa en el sexenio del hoy senador Melquíades Morales.
El lector podrá cambiar a discreción el orden de los términos, pero cada uno de ellos debe de emplearse para lograr los objetivos de esta columna.
Donación: Entrega voluntaria de algo que se posee.
Dádiva: Cosa que se da gratuitamente. Intentar o pretender cohecho o soborno.
Oneroso: Pesado, molesto, gravoso.
Asqueroso: Que causa asco. Que causa repulsión moral o física.
Amiguismo: Tendencia y práctica de favorecer a los amigos en perjuicio del mejor derecho de terceras personas.
Corrupción: En las organizaciones, especialmente en las públicas, práctica consistente en la utilización de las funciones y medios de aquellas en provecho, económico o de otra índole, de sus gestores.
Tráfico de influencias: es el delito comprensivo de la acción de utilizar la posición política favorable para usufructo propio, ofreciendo favores a cambio de dinero u otros beneficios particulares.
Vividor: Que vive a expensas de los demás, buscando por malos medios lo que necesita o le conviene
Mentiroso: Engañoso, aparente, fingido, falso.
Engaño: Falta de verdad en lo que se dice, hace, cree, piensa o discurre.
Transa: Acto ilícito que se cubre con apariencias de legalidad.
Falsedad: alteración o simulación de la verdad, con efectos relevantes, hechas en documentos públicos o privados
Adulador, Zalamero, Lambiscón: El que hace o dice con intención, a veces inmoderadamente, lo que se cree que puede alegrar a otros.
Siéntase libre de agregar, suprimir o modificar algún término en aras de enriquecer el glosario anterior.
Si al final de la lectura sintió el deseo irrefrenable de citar el ya clásico “¡Que asquerosidad es esto!”, entonces la columna logró su objetivo.
PREGUNTAS INCÓMODAS, A MANERA DE COLOFÓN
¿En qué otro rincón de la tierra, invirtiendo 10 millones de pesos se puede acceder, en un lapso menor a cuatro años, a realizar un potencial negocio de más de 430 millones?
¿Cómo explicar esto en una economía emergente como la nuestra?
¿Cómo entenderlo sin sospechar que algo muy sucio estuvo detrás de todo esto?
¿Estos fueron los criterios de “utilidad pública” que se imaginaron los diputados cuando decidieron proceder con la expropiación de los predios de la Reserva a los ejidatarios?
Sobre todo si entendemos que se considera de utilidad pública lo que tienda al beneficio del Estado y no al beneficio de un particular.
Si el negocio de más de 400 millones entra en los alcances del concepto ¿cuánto nos iba a tocar a todos los poblanos?
¿Qué criterios utilizó Melquíades para seleccionar a un empresario sin empresa para la donación onerosa-asquerosa de casi 19 hectáreas de terreno en una zona envidiable?
Porque la feria de pueblo que ahí se instaló en una auténtica vergüenza para el estado.
¿No había cientos de opciones mucho mejores en términos de capacidad, eficiencia, honestidad y honradez?
¿De a cómo fue la mochada?
¿Se pagó por adelantado o hasta que la transa estuviera consumada?
Si no había nada chueco ¿por qué la empresa Asesores Inmobiliarios Vita, una vez desatado el escándalo, dejó de promover la venta del predio, cuando 24 horas lo ofrecía como su producto estrella?
Si todo fue hecho en apego al estado de derecho ¿dónde estaba la documentación legal de la operación?
¿Por qué ni siquiera el director actual del Fideicomiso la tenía?
¿Quién la hizo perdidiza?
Si todo es limpio, claro y transparente ¿por qué el cambio en el discurso?
Si son “pendejadas” como declaró Henaine ¿por qué tanto ruido, por qué el hermetismo, las mentiras, las medias verdades, la manipulación declarativa?
¿Cómo pasamos del “es mi propiedad y puedo hacer con ella lo que quiera” a “jamás quise vender, cuidaré la reserva y hasta voy a sembrar más arbolitos”?
¿Cómo comprender que los autores intelectuales y materiales de semejante fraude, no sólo no estén tras las rejas, sino que se vendan hoy como pilares de la vida política y empresarial poblanas?
¿Quién se las cree?
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