Los panistas empiezan ya a acomodarse de cara a la sucesión de Casa Puebla.
Tres son sus alternativas ante los graves problemas de osteoporosis que enfrentan (por la falta de hueso político).
Unos van con Humberto Aguilar Coronado, otros con Ana Teresa Aranda y los más con Rafael Moreno Valle.
Y es que precisamente hay quien piensa que la alianza entre el senador y Francisco Fraile García resultará clave en el proceso. ¿Será?.
Sin embargo, vale la pena comentar cómo ven en el CEN del PAN al pastor Fraile:
“Fraile García Francisco.- Diputado federal, antes fue senador, diputado local y regidor, siempre por la vía plurinominal. Ha sido candidato a alcalde y a gobernador, en ambos casos con fatales resultados, jamás ha ganado una elección. También fue presidente del CDE en cuya prolongada gestión el Yunque consolidó su control sobre el partido en Puebla. El “frailismo” fue la corriente oficial de la organización en el PAN en Puebla, dominando al partido los últimos 23 años…
“Ser frailista fue sinónimo de ser yunque o de hacer lo que ordenara la organización. Esto ya no es así, la organización se ha fragmentado y sus grupos se confrontan entre sí y esto obliga a revisar cual es el rol que juega ahora Paco Fraile, quien ni es líder ni es jefe, pero fue el santón emblemático de la organización.
“Su fortaleza era la línea de la organización, que siempre era ejecutada bajo la supuesta tutela de Paco. Su debilidad es que se le considera un perdedor nato y a que su rol de pastor resulta arcaico. A Paco se le ve obsoleto y sin futuro político, conserva alguna influencia y prestigio entre contados miembros de la organización y lo que le queda de fama de haber sido el “pastor” le ha dado con qué establecer algunas alianzas, cuyos compromisos resultantes difícilmente podrá cumplir, dado que no se manda solo.
“En la convención que eligió candidato a la alcaldía de Puebla hizo alianza con Ana Teresa Aranda y con Ángel Alonso en complicidad con Manuel Espino y Guillermo Velasco Arzac para evitar que ganara Antonio Sánchez, quien representa un peligro para los intereses de todos (incluidos los jefes locales de la organización). Apostaron al cambio de estatutos para descarrilar a Sánchez Díaz de Rivera, pero al abortar dicho proyecto apostaron a su derrota en la elección constitucional.
“Lo que le ha dado todo lo que tiene, es que careciendo de ideas propias, siempre ha seguido ciegamente lo que se le ordena. Es un candidato confiable, no rebasará jamás a los limitados jefes de la organización y conoce y aplica las fórmulas probadas para controlar a la militancia.
“En los últimos meses se ha confrontado con la corriente que encabeza el senador Ángel Alonso, quien pretende ser el nuevo pastor. Es confusa la situación, pues si bien tenemos evidencias de diferendos reales que llevaron a sus seguidores a enfrentarse a golpes en la frustrada convención del 26 de abril de 2006 y a chocar en la elección de dirigente municipal en Puebla en la que Jorge Ehlinger derrotó al candidato de Alonso, también es claro que en la sucesión de Eduardo Rivera jugaron juntos (con otras facciones yunquistas también) para imponer a Rafael Micalco.
“Esto último lo atribuimos al peligro que para todos ellos ha significado Felipe Calderón en la presidencia de la República y que les ha llevado a postergar sus diferencias por el más elemental instinto de supervivencia.
“Nuestro diagnóstico indica que el frailismo como corriente fenece ya, que los seguidores del otrora grupo hegemónico se han dividido en diversas facciones que luchan entre sí para quedarse con los magros réditos de su incompetencia. Es oportuno hacer lo necesario para acelerar este proceso”.
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