Nada más que a ver si no le sale el tiro por la culata y lo que pretende ser un ejercicio de total transparencia se le convierte en un paredón de fusilamiento.
Me explico.
En un intento por acercarse aún más a las personas, el edil dispuso que el tradicional primer informe se saque a la calle; es decir, que en vez de hacer un mega show en conocido centro de convenciones, con un despilfarro de dinero en luces y proyecciones, cumplirá con el acto protocolario de comparecer ante el cabildo y después, todos sus secretarios harán un recuento en diversas partes de la ciudad capital, de tal manera que los poblanos, de viva voz, aplaudan los compromisos cumplidos y reprochen el incumplimiento de otros.
Este ejercicio es inédito en la historia del gobierno de la ciudad, pues es sabido que a todos los ediles les da por blindarse, rodearse de los suyos, invitar a unos “representantes de los habitantes de la ciudad” y dejar que el resto de los mortales se entere a través de los medios.
Para los ediles, por lo menos para sus antecesores, ya era demasiado con acudir a los actos de inicio e inauguración de obras en las colonias populares y la periferia; ya era demasiado “baño de pueblo”.
De ahí que el candidato del pueblo, como se autocalificó Eduardo Rivera desde campaña cuando se comparó con Cantinflas, decida cambiar el esquema y parecer un edil más alivianado.
Sin embargo, la evidente falta de resultados en algunos rubros, la falta de transparencia en otros y la contínua exposición mediática negativa orquestada desde la cúpula estatal, podrían hacer de estas comparecencias públicas un auténtico calvario.
Y es que tan sólo el tan traído tema de las mil calles podría ser la chispa que encendiera el polvorín.
Explicaciones ilógicas sobre la complicada estrategia para contabilizarlas, el retraso de varias que fueron iniciadas y se quedaron a la mitad, lla falta de claridad en la exposición de resultados y la evidente incapacidad para revertir los comentarios negativos, han hecho de este, el compromiso más importante del inicio de su gestión, una auténtica piedra en el zapato.
Otro punto flaco es la inseguridad. Pese a que casi cada semana se entregan nuevas patrullas y equipamiento, la sensación de que no se ha avanzado es mayor, sobre todo si se siguen contabilizando casos de asaltos en transporte público y casa habitación, robo de autos, homicidios por asalto, etc.
Y es que no es pretexto el hecho de que el gobierno estatal haya retirado elementos al municipio. Se han anunciado inversiones importantes y el resultado sigue siendo el mismo.
Tampoco hay que olvidar otros temas como el que se ventiló al principio de la administración sobre el incremento injustificado en los salarios de los funcionarios de primer nivel, tema que ha regresado a las primeras planas recientemente.
Mención aparte es el abierto apoyo a Josefina Vázquez Mota, un nuevo punto de desacuerdo con el gobernador. Si el próximo domingo la panista se alza con la candidatura a la presidencia de la República, no dude que uno de los primeros que sentirá la furia real y el telefonazo será precisamente el morador del palacio de Charlie Hall.
No es descabellado pensar entonces que, desde Casa Puebla, le puedan sembrar esquiroles para que les revienten las comparecencias; por eso le digo que este ejercicio de total transparencia podría convertirse en un paredón de fusilamiento.
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