México es el cuarto productor de maíz en el mundo, la materia prima básica de uno de los alimentos más consumidos en el país, la tortilla.
En septiembre, la Confederación Nacional Campesina (CNC) anunciaba que preveía que el precio del kilo de tortilla podría llegar hasta los 16 pesos. En diciembre, la Unión Nacional de Industriales de Molinos y Tortillerías admitía que debido a una subida en los precios de la producción, ese alimento vería incrementado su precio.
No obstante, la Secretaría de Economía (SE) prohibió aumentar los precios de forma “sustancial”. La SE exhortó a tortillerías y productores a no incrementar el precio y advirtió que la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) visitaría establecimientos que venden este alimento para vigilar que los precios se mantuvieran en un nivel adecuado a la “oferta y la demanda”.
Pero según el Sistema Nacional de Información e Integración de Mercados, de la Secretaría de Economía, en datos recogidos por El Universal, el precio de la tortilla aumentó 1,63 pesos desde comienzos de 2011 y, en ciudades como Saltillo, el kilo se vendió en 12,13 pesos. Por su parte, los tortilleros se quejan de un aumento sustancial en el precio de la materia prima, que, aseguran, ha duplicado su precio, de 3 mil a 6 mil pesos por tonelada de maíz.
La Profeco ha iniciado procesos administrativos contra 500 establecimientos por vender el alimento más caro de lo señalado por la SE. Y ha visitado casi 8,000 puntos de venta, según reporta El Universal.
Según la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto por Hogar 2008 (ENIGH) una familia mexicana gasta en unos 272 pesos cada mes en tortillas, sin embargo, esa encuesta tomaba en cuenta un precio de 8,5 pesos por kilo. A 12 pesos por kilo, la misma familia tendría que gastar 451 pesos al mes, lo que incrementa de forma sustancial el gasto promedio, sobre todo en las familias más pobres, que son quienes más consumen las tortillas.
