Y vaya, que lo digan columnistas perversos, resabios del marinismo, que no han sido chayoteados y que por ello guardan un rencor enfermizo contra el pobre Moreno Valle, sería lógico.
Pero que un medio nacional se suba al tema de que en Puebla a pocos meses de gobierno, los rasgos característicos de éste son de intolerancia y que por ello ha abierto una bola de frentes en su propio territorio… ya es otra cosa. Vamos, ya no solo son los cochinos periodistas poblanos rencorosos contra el inmaculado gobierno actual.
Y esto no tardaría en pasar. Lo platicamos una y otra vez con no pocos interlocutores (políticos, académicos, universitarios, empresarios y periodistas): Cuando un gobierno piensa que puede ejercer refinadas formas de autoritarismo, despreciando a los opinadores locales y pensando que solo los medios electrónicos importan para un proyecto transexenal… más temprano que tarde se da cuenta de su error. Y excesos.
En otras palabras, no es lo mismo que en la aldea los tontos medios me critiquen… a que empiecen a subirse los medios nacionales. Y no cualquiera (como se minimizó al diario Unomásuno) sino la revista política más leída y de mayor influencia en el país: Proceso. Y pronto también estarán por ahí el periódico Reforma (que ya lo hace desde cuándo), La Jornada, periodistas independientes como Carmen Aristegui, Solórzano, Riva Palacio, Zepeda Patterson, García Soto o analistas como Reyes Heroles, Silva-Hérzog Márquez, Aguayo y varios más. Acuérdense.
¿Quién conocía a Lydia Cacho antes de su escándalo y persecución por el marinismo? El ex Gobernador minimizó el caso y su peso… y todos conocemos las consecuencias. Fue el inicio de la debacle de un proyecto que también era transexenal y que ya planeaba mantener el poder para el grupo por muchos años más. Igualito que el actual.
Los periodistas e intelectuales conforman un gremio en el que todos se odian y envidian… pero que se unen cuando uno de ellos es atacado. O bien cuando se observan rasgos autoritarios en cualquier nivel gubernamental. Vaya: Eso es lo que están buscando los medios y reporteros independientes. Y un pequeño problema puede ser convertido en un escándalo nacional de proporciones que no se ven al principio.
No hay enemigo pequeño, dice una regla del Arte de la Guerra.
Y también otro: La mejor batalla… es la que no se libra.
Y muchos más, que no son recordados ni mucho menos practicados por el actual gobierno estatal y sus manejadores de comunicación social, que un día sí y otro también… le abren otro frente.
Porque nada evitaría que haya otros en próximos meses que también rompan con las actuales autoridades (medios dizque aliados, partidos y políticos ex aliados, empresarios desplazados, colaboradores despedidos despechados y un largo etcétera). Ese cuento lo hemos vivido una y otra vez cada sexenio.
Por cierto: Hay que estar muy pendientes hoy si no se agotan sospechosamente a primeras horas del día todos los ejemplares de la revista Proceso en los puestos de periódicos. Ya ha pasado en otros Estados recientemente.
Sí: El manejo autoritario de medios no entiende de partidos políticos. O bueno: Todos provienen del PRI o le aprendieron increíblemente bien.
LA NOTA AL PIE…
Bastaron dos o tres días de lluvias de otoño (“atípicas” según la clásica y tontita justificación de la autoridad municipal cada año) para que brotaran, como por arte de magia, cientos de baches en la Ciudad de Puebla.
¿Pues no que se había quitado ya el “lodo de hace veinte años” y se había “reencarpetado correctamente” cientos de calles del Municipio capitalino?
Principio elemental: No decir sandeces en los spots publicitarios porque suelen ser ingratos y producir un efecto boomerang.
Nadie cree hoy que la promesa de bachear y hasta pavimentar mil calles pueda ser cumplida cabalmente por el gobierno de Eduardo –Lalo– Rivera en su primer año de gestión. Sobre todo si la maldita naturaleza sigue proporcionando lluvias “atípicas” que hacen quedar en ridículo a un gobierno municipal tan bien intencionado.
Mejor que siga inaugurando eventos deportivos.
Pronto: Evaluación Ciudadana a Gobiernos en Puebla. Encuestas BEAP, pues.
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