No. La delincuencia común y corriente está verdaderamente desatada en la capital del Estado, mal gobernada con buenas intenciones por el panista Eduardo –Lalo– Rivera, quien prefiere andar repartiendo volantes en los microbuses para intentar convencer a los poblanos que pordiositolindo sí está haciendo obras y sí va a pavimentar mil calles (de las que según él ya lleva varios cientos… ¿?).
Los asaltos a transeúntes son cosa de todos los días en cualquier colonia de la ciudad, destacando el Centro Histórico, el Barrio de Santiago, San Manuel, las Unidades Habitacionales del Infonavit (que suman decenas), la zona de la CAPU, Plaza San Pedro-Las Hadas, Amalucan, Bosques de San Sebastián, por sólo mencionar unas cuantas.
Los robos de autopartes –cuando no del auto completo- son asunto diario en El Mirador, Anzúres, Bella Vista, La Paz, Gabriel Pastor, Prados Agua Azul, Mayorazgo, Centro Histórico y decenas de fraccionamientos más.
Los robos a casas habitación con o sin violencia son ya experiencia cotidiana en todos lados, incluyendo ya los fraccionamientos privados, cuya supuesta vigilancia cada vez sirve menos ante la peligrosidad de auténticos comando armados que se meten a dichos conjuntos para vaciar hogares completos con todo y coches que se encuentren ahí. Y repito, ya lo hacen con o sin moradores presentes, a quienes muchas veces someten, golpean y lastiman… en el mejor de los casos, porque ya también hemos sabido de asesinatos o violaciones a mujeres que ahí se encuentren.
Los asaltos a mano armada a negocios ya no son nada raro en cualquier zona del Municipio. Los dueños de plano ya se acostumbraron y mejor toman sus propias precauciones –como cerrar temprano, poner rejas, tener perros o hasta estar armados- ante la absoluta incapacidad –y a veces complicidad- de los pocos policías que le dejó el soberbio Gobierno del Estado al ineficaz Alcalde poblano, que un día sí y otro también, ya no siente lo duro sino lo tupido.
Por cierto, es totalmente falso que hayan disminuido los asaltos bancarios en Puebla. Diario hay alguno. Lo que pasa es que los directivos de los Bancos prefieren ya no denunciar los robos pues ahuyentan a sus clientes. Parientes y amigos me han narrado muchos asaltos en bancos que jamás salen en los medios pues no fueron denunciados.
En serio: Jamás había habido tanta inseguridad en Puebla. Y esto no lo pueden negar ni los panistas que aún simpatizan y admiran a los ineptos integrantes de la actual autoridad municipal, cuyo líder, repito, se la pasa inaugurando eventos deportivos, foros académicos y repartiendo trípticos en los camiones.
Reto al Presidente y a sus ineficaces colaboradores a que me acompañen a las colonias a encuestar a los ciudadanos para que comprueben por sí mismos todo lo que digo. No le saquen. Los disfrazamos para que no los reconozcan (como el viejo cuento del Rey que quería saber lo que opinaban de él sus súbditos).
Y todas estas críticas no son personales –aclaro, aunque yo también he sido víctima de varias formas de delincuencia que narré antes (asalto con violencia, robo de autopartes, intento de robo en casa)- sino que representan la queja cotidiana ciudadana en TODAS las encuestas que levantamos en el BEAP, S.C. en TODO el Municipio capitalino.
La gente está harta. Está enojada. Si los políticos escucharan lo que nos dicen a los encuestadores, se les caería la cara de vergüenza. No los bajan de ineptos, de mentirosos, de corruptos, de flojos, y una retahíla de groserías de las buenas.
Y es lógico: Imagínense lo que piensa del Presidente Municipal una señora que acaba de ser asaltada en el microbús, en donde fue maltratada y despojada del poquito dinero de su quincena o gasto, ante la mirada estúpida de policías municipales que no hacen absolutamente nada. O del dueño del negocio que acaban de asaltar. O del propietario de un vehículo que lo encuentra sin llantas (ayer mismo frente a mi propia oficina ocurrió esto) en plena calle. O del padre de familia que llega a su casa y la encuentra saqueada.
Y lo anterior multiplíquelo por varios cientos de personas todos los días (entre transeúntes, dueños de autos, dueños de negocios, dueños de casas habitación, usuarios de bancos y más) que experimentan con rabia e impotencia algún hecho delictivo.
No es de extrañarse lo que opina la gente en las Encuestas, cuando uno les pregunta si aprueban o desaprueban a sus autoridades. En serio: Abundan las mentadas.
¿Y nuestros comprometidos gobernantes?
¡Ahh! Uno de charrito ajeno a todo lo que sucede en Puebla. Y el otro riendo nervioso todos los días, jurando por todos los santos que sí va dar resultados. Ambos, por supuesto, con un ejército de guaruras para que ellos no vayan a ser víctimas de la maldita delincuencia, cómo de que no.
Mientras todos los ciudadanos cuidándonos todos los días del siguiente asalto.
Carajo.
Muy pronto: la más reciente Encuesta sobre percepción de los poblanos de la inseguridad y delincuencia en la zona metropolitana.
Como siempre: No sé ni para qué me enojo.
Síganme en twitter: @rodolforiverap
