La Cristiandad en la Europa medieval desarrolló las instituciones que hasta hoy hacen funcionar al mundo (El Estado, El Parlamento, el municipio, la universidad, la banca, la escuela, el hospital, el asilo, etc.) con una enorme preponderancia de la Iglesia (el Papado, las órdenes religiosas, los obispos y los párrocos) sobre el continente y sus monarquías, así como sobre la vida cotidiana de la gente común a la que prestaban diversos servicios públicos (educación, salud, cementerios, registro civil, etc.)
La religión, asentada sobre la fe y como eje de la vida de las comunidades (característica común a todas las culturas) sustentó creencias no siempre fundadas en El Dogma y sí frecuentemente en la superstición, con las que se explicaban fenómenos o sucesos que entonces no tenían explicación científica.
Las creencias -aún hoy- no se discuten, se dan por descontadas y a partir de ellas se desarrolla la vida, mientras que las ideas -y el mismo conocimiento científico- son controvertibles. Sobre ello pensamos, discutimos y frecuentemente lo desechamos… podemos prescindir de ideas, pero no de creencias… y frecuentemente alguna idea se constituye en creencia…
La idea de la democracia fue brutalmente controvertida desde la independencia de los Estados Unidos (1776) hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial (1945), pero hoy todo mundo cree que es la forma adecuada para gobernar a los Estados (sean repúblicas, reinos o imperios), y paralelamente la humanidad ha ido aprendiendo mejores formas de vida y convivencia…
En el mundo hay necesidad de un Nuevo Orden planteado de forma diferente al que por 1500 años (313-1800) hizo funcionar al mundo eurocéntrico bajo la Civilización Occidental Cristiana, y distinto también a los modelos políticos que se pretendió imponer a partir de la Revolución Francesa (1789) y hasta el colapso del socialismo real y la dictadura del proletariado (1991).
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Casi a la par de los grandes descubrimientos del siglo XV y de la expansión del catolicismo por América y el Lejano Oriente, se dan la Reforma Luterana que se difunde por el noroeste de Europa, el rompimiento de Inglaterra con el Papado y la colonización protestante de Norteamérica.
Las guerras de religión (creencias) ocultan o magnifican diferencias políticas e intereses económicos (ideas) que se hacen patentes en los asedios al muy católico Imperio Español mediante acciones de piratería en contra de las Flotas de Indias y de importantes puertos en las colonias (Veracruz, La Habana, Cartagena de Indias, Maracaibo, San Juan de Puerto Rico y Portobelo en Panamá)
Paralelamente el desarrollo del conocimiento (arte, ciencia y tecnología) y el influjo de ideas y corrientes de pensamiento (Racionalismo, Empirismo, Liberalismo, Ilustración, Dialéctica, Materialismo, Positivismo, Existencialismo, etc.) debilitaban a la autoridad tanto del Estado como de la Iglesia, no sólo en España, sino en todos los países…
A partir de 1700 y hasta el año 1991, se dan en el mundo intensas luchas para erradicar a la Civilización Occidental Cristiana.
La acción de los heterodoxos españoles; la independencia de los Estados Unidos como república democrática; los enciclopedistas franceses, su Revolución y Napoleón; las independencias de Iberoamérica; los conflictos Iglesia-Estado y el anarquismo en multitud de países; la Revolución Industrial, la cuestión social e Inglaterra como potencia financiera, industrial, militar y colonial; Bismarck y la unificación de Alemania; la emersión de Estados Unidos y Japón como potencias; la Primera Guerra Mundial y la caída de cuatro grandes imperios (Alemania, Rusia, Austria-Hungría y el Otomano); la consolidación de Estados Unidos como la nueva gran potencia estrechamente vinculada a Inglaterra; el comunismo y el surgimiento de la URSS; el estallido del fascismo, del nazismo y del falangismo; la Gran Depresión; la Guerra Civil Española y la derrota de la 2ª República; la Segunda Guerra Mundial y la victoria del modelo político y económico angloamericano; la consolidación de la URSS y la propagación del comunismo por Europa Oriental, China y otros países; dictaduras militares y otros autoritarismos; expansión de los medios masivos de comunicación, liberación femenina, nuevos hábitos de vida; los conflictos del Medio Oriente y el petróleo; los movimientos revolucionarios en Asia, África y América; Democracia Cristiana, Socialdemocracia y Estado de bienestar en el mundo desarrollado y populismo estatista en los países no alineados; Juan Pablo II, el colapso del Socialismo Real, la caída del Muro de Berlín, el desmembramiento de la URSS, la disolución del bloque comunista y atenuación de guerras, revoluciones y agitación derivadas de la Guerra Fría…
Después de estos tres siglos de intrigas, subversión y de costosos experimentos políticos, económicos y sociales, a pesar de lo cual se ha dado un formidable avance científico y tecnológico que ha mejorado extraordinariamente las condiciones de vida de la gente, la realidad se ha ido imponiendo dejando sin muchos de sus argumentos a los radicales que pretendían suplantar a la Civilización Cristiana por la dictadura del proletariado y aboliendo la religión…
Este proceso que en 250 años (1700-1945) acabó con el baluarte del catolicismo que era el Imperio Español (1898), que fragmentó y subvirtió a Iberoamérica (s XIX y XX), que postró a la Francia arrollada en la Guerra Franco-Prusiana y en ambas guerras mundiales, y que destruyó a quienes le competían la supremacía económica y militar (Alemania y Japón)… no afectó a Inglaterra ni a Estados Unidos.
En la postguerra -con la Guerra Fría- la expansión del comunismo, la proliferación de movimientos revolucionarios, dictaduras, populismos y crisis económicas que encubiertos en membretes como Tercer Mundo o Movimiento de los Países no Alineados, se pretendió extender los regímenes totalitarios por Iberoamérica, Asia y África.
Pero en la década de los 80 se conjugaron la imposibilidad política de mantener el control de la gente si se le daba acceso a computadoras, impresoras, fax, etc. o el absoluto rezago científico, tecnológico y militar si no se le daban, con la debacle económica del bloque comunista, cuando en ese momento emerge el liderazgo liberador de Juan Pablo II…
Coinciden en el tiempo otras enormes figuras: Ronald Reagan, Helmut Kohl, Margaret Thatcher, Mijaíl Gorbachov, François Mitterrand y Felipe González entre las grandes potencias, pero también una generación de políticos modernizadores en Iberoamérica, como Carlos Salinas de Gortari, Carlos Saúl Menem, Alberto Fujimori, Gonzalo Sánchez de Lozada, Julio Ma Sanguinetti y Eduardo Frey.
En otras partes del mundo y en el mismo sentido, Nelson Mandela derrotaba en Sudáfrica al apartheid, y se pacificaban Centroamérica, el Sudeste Asiático y amplias regiones africanas.
A partir de la década de los 90 vimos la consolidación de la Unión Europea y su expansión; a los Tigres Asiáticos (Hong Kong, Taiwán, Corea del Sur y Singapur) y el vertiginoso resurgimiento chino; el fortalecimiento de los países emergentes (India, Brasil, México, Turquía, Indonesia, Polonia, Malasia, Tailandia, Filipinas, etc.) y La Globalización como un fenómeno económico, pero ante todo cultural y social…
Rusia no acaba de romper con su pasado inmediato, Corea del Norte y Cuba son los dos únicos Estados comunistas que conservan las características del marxismo leninismo y de la dictadura del proletariado. China sin duda es un estado autoritario, pero vive circunstancias semejantes a las del México post cardenista también replicadas en Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua en América e Irán en Asia Central. Mongolia, Mozambique y Moldavia tienen gobiernos nominalmente comunistas, pero en la práctica viven circunstancias parecidas a las del México del tiempo de Calles.
Al arribar al siglo XXI, Europa, Oceanía y amplias regiones de América, Asia y África, parecen haber superado las porfías y enconos que les agobiaron desde el siglo XVIII y que se están dando las condiciones para evitar los errores políticos y económicos del pasado y para tomar lo mejor de nuestra historia y tradiciones para construir el futuro que anhelamos.