Cuando el porfiriato fenecía, el aspecto de la ciudad de Puebla se había transformado. La Avenida Reforma presentaba un nuevo rostro después de la destrucción que acarrearon los sucesivos sitios militares a la ciudad. Notables obras engalanaban a esa y a muchas otras calles, destacan sin duda el Palacio del Ayuntamiento y el Mercado de la Victoria.
Durante casi 400 años, la ciudad se había desarrollado en armonía, la visión y la ambición de sus fundadores así lo había inducido. Emprendieron obras portentosas de enorme costo y que requerían de mucho tiempo para su ejecución, tanto, que quienes las iniciaron, sabían que no las verían terminadas. La Catedral Angelopolitana es muestra cabal de lo que se afirma…
Durante y después de la revolución, los regímenes priistas poblanos expresaron en sus obras su mediocridad. Mientras en otras ciudades como Guadalajara, González Gallo emprendía la modernización de la ciudad mediante amplios y hermosos bulevares, en Puebla se realizaban obras cada vez de menor calidad. Los llamados mercados de apoyo como el Morelos y el Hidalgo dejan ver las limitaciones de quienes los construyeron.
Aquí no hubo obra pública relevante desde la terminación del Palacio del Ayuntamiento y el Mercado de la Victoria hacia 1915, y hasta la restauración de la Zona Histórica de los Fuertes en 1962, cuando ahí se construyen -por el Gobierno de la República- el Auditorio de la Reforma y el Museo Regional de Antropología, obras del arq. Guillermo Rossell de la Lama…
También en esos años, se emprende -sin mayor planeación- una obra sin la cual la Puebla de hoy no sería entendible: el Bulevar 5 de Mayo, que iniciado en 1963 por el gobernador Nava Castillo con el embovedamiento del río de San Francisco, es continuada por 10 gobernadores y por 15 alcaldes hasta que, articuladas obras como el Bulevar Norte, Bulevar Atlixco, Niño Poblano con el puente sobre el Atoyac que une a este con la 55 Poniente en Prados Agua Azul y luego el puente sobre el río de San Francisco que une a esta con la 5 sur en Villa Encantada y esta ligándose al Bulevar 5 de Mayo en su intersección con el Bulevar Valsequillo, cierra el circuito interior de la ciudad.
Es esta la principal vialidad angelopolitana con la que casi toda la vialidad primaria de la ciudad se interseca e interactúa. Los grandes centros comerciales de la ciudad como Angelópolis, Plaza Palmas, Plaza Dorada, Plaza San Pedro, Galería Las Ánimas, el Triángulo, se han desarrollado a su vera, como también el Centro de Convenciones, la Central de Autobuses y otros muchos equipamientos urbanos. Articula también al Centro Histórico con diversos sectores de la Puebla moderna como Zona Esmeralda, Zona Dorada y Angelópolis…
El gobernador Aarón Merino Fernández, en su breve interinato, tuvo la sabiduría de dar a Puebla una entrada decorosa, desde la entonces recién inaugurada autopista, con la construcción del Bulevar Hermanos Serdán, diseñado, al igual que el hotel Mesón del Ángel, por Mauricio Romano del Valle
Pero la limitada visión de la clase política aldeana fue la que prevaleció y mientras en Guadalajara se construía la Plaza Tapatía , en Monterrey la Macroplaza , en Villahermosa Tabasco 2000, en Aguascalientes sus tres periféricos y Tlaxcala se transformaba radicalmente, aquí, en el sexenio 1975-81 construíamos dispersos, sin peso cualitativo y con muy mediocres proyectos…
La Procuraduría en la 31 y bulevar 5 de Mayo, la Policía en la 9 oriente y 16 sur, Obras Públicas en la Recta a Cholula (vialidad que no considera la relevancia cultural y paisajística de la pirámide), Tránsito en Rosendo Márquez, el Museo de Historia Natural y el Planetario en la zona de los Fuertes, obras que debidamente agrupadas y bien ubicadas en la ciudad, podían haber detonado su modernización, como lo lograron las mencionadas al principio del párrafo…
En el sexenio 81-87 se mejoró notablemente el centro histórico, se desalojó y remodeló -con proyecto del arq. Mauricio Romano del Valle- al mercado de la Victoria y se retiró a los ambulantes que invadían muchas calles, acciones apuntaladas con la construcción de la central de abastos y de la central de autobuses. Con la construcción del aeropuerto Hnos. Serdán se liberan los terrenos de la antigua “Aviación” que se transforma en un parque que lamentablemente -por falta de diseño- no es muy atractivo…
En el sexenio 87-93 se construye la Vía Atlixcáyotl y se constituye -en medio de monumentales fraudes- la reserva territorial sobre la que hoy se desarrolla Angelópolis. Para detonarla se donan terrenos a la Universidad Iberoamericana y al colegio Andes y se construye el Hospital del Niño Poblano sobre el bulevar del mismo nombre, sector que se consolida como un gran polo de desarrollo regional con el proyecto y construcción del periférico durante el sexenio 93-99.
La obra del periférico articula a muchas vialidades radiales y a todo el sistema vial metropolitano. También se realiza en este sexenio una obra que pocos recuerdan pero que fue vital para Puebla… ¡el acuaférico…!!!
El gobernador Barttlet sin duda tuvo mucha mas amplia visión que todos los demás aludidos en este artículo, pues además del periférico y del acuaférico emprendió -con prácticas brutalmente autoritarias y limitado éxito- otras acciones muy importantes para la ciudad, como el Centro de Convenciones y la regeneración de un amplio sector de la zona histórico monumental, el desarrollo inmobiliario de la zona de Angelópolis y un intento serio por ordenar el transporte público…
Es relevante que -después de fallidos intentos- acudió al brillante y exitoso arquitecto Javier Sordo Madaleno y al grupo de inversionistas que han venido detonando tanto la zona de San Francisco como la de Angelópolis. Los proyectos barttlistas se vieron severamente afectados por la crisis económica desatada al inicio del régimen del Presidente Zedillo, pero por su visión estratégica han sido continuados…
En el sexenio 1999-2005 se construye la Ciudad Judicial, obra del arq. Federico Bautista y también el Centro Cultural Siglo XXI del gran arquitecto mexicano Pedro Ramírez Vázquez. Lamentablemente ninguna de las dos obras engalana a la ciudad en la medida que debieran, pues fueron obras -aunque de gran calidad en sí mismas- no concebidas con visión urbanística…
En el sexenio que transcurre se construye el Centro Expositor en la zona de los Fuertes y cabe preguntar ¿qué firma de arquitectos elaboró el proyecto? pero nadie atina a mencionar ninguna, tan sólo dicen quien lo está construyendo… No habrá una obra valiosa -por bien construida que esté- que haga atractiva a la ciudad toda, sin un proyecto de esos que poseen magia y atraen a la gente… Francamente es de temer que el Centro Expositor quede “precioso”…
Puebla vive bajo un régimen más autoritario que el de Barttlet, pero sin la visión y categoría de éste personaje. Los promocionales del gobierno del estado siempre mencionan cifras, datos cuantitativos, -tantos millones, tantas toneladas- y dejan ver cuan lejos están nuestras actuales autoridades de apreciar lo cualitativo, por ello sus obras se ven chamagosas, no conceptúan el orden ni la belleza como bienes públicos y resultan insignificantes…
Quienes gobiernan en Puebla saben el precio de las cosas, pero ignoran el valor que puede y debe tener la obra pública… Carecen de talento para suscitar una mejor forma de vida…
COCO y HUEVOS…