La confianza del productor comenzó a presentar variaciones positivas a tasa anual, desde septiembre 2009 y a tasa de dos dígitos en forma ininterrumpida de octubre 2009 a noviembre 2010, lo cual indica que los empresarios decidieron romper la inercia del estancamiento y mediante un riesgo medido, comenzaron a tomar decisiones relevantes por su impacto en la derrama económica.
El subíndice del clima de negocios comenzó a levantar desde julio 2009, al mes de enero 2011 reporta un promedio de 117 puntos que es su mejor registro en 6 meses. La estabilidad en los indicadores macroeconómicos y los atributos de competitividad que identifican los empresarios en distintas plazas, sustentan dicha percepción. En el caso de inversionistas foráneos, para aquéllos que se han apropiado lentamente de los espacios comerciales en la entidad poblana.
El subíndice de la situación de la empresa mejora sustancialmente desde diciembre 2009 y con variación anual a dos dígitos desde febrero 2010. Con 102 puntos al mes de enero 2011, expresa una buena aproximación al 2º bimestre de 2008, vale decir, antes de la crisis, influye que se ha enderezado el ciclo de negocios.
Situación de la empresa en los próximos seis meses, dicho componente mejora con su mayor registro en 10 meses. Subíndice del empleo de la empresa en los próximos seis meses, mejora notablemente, con índice promedio de 109.2 puntos que supera por décimas al registro de diciembre. Este indicador tiene alguna correspondencia con el repunte del empleo, medido por el número de trabajadores asegurados al Instituto Mexicano del Seguro Social.
Subíndice de la coyuntura actual de la empresa para invertir, presenta igualmente un repunte sustancial, que deja el indicador en 118.6 puntos, su máximo en 6 meses.
La inversión del sector privado no recibió suficientes estímulos a lo largo del 2010, lo que indica que los productores contemplaron elevar la producción, contratando personal, con los mismos elementos técnicos y aprovechando la capacidad ociosa.
La reactivación del ciclo económico, a partir de la normalización de los flujos de gasto, plantea algunas oportunidades en los mercados, que dependen de atributos de competitividad. No todas las plazas los tienen, y aun las ciudades en expansión pueden presentar oportunidades estrictamente temporales.