Tanto tiempo les llevó a los expertos – y hasta la remoción de uno de ellos – para darse cuenta de las porquerías y las tranzas que, en materia de obra pública, hizo el hermano incómodo, Miguel Ángel Alcalá, auspiciado por su hermanita (qué bonita familia!) y solapado por el insulso y babeante ex secretario de triste memorial Jorge Rodríguez y Morgado.
Primero, descubrieron que las lajas de las mentadas Sendas se estaban levantando, por lo que tuvieron que meterle lana para arreglarlos.
Después, se dan cuenta de que la remodelación del Paseo Bravo se hizo con las patas y por ello van a tener que meterle lana para arreglar el cochinero.
Hoy anuncian que van a tener que secar el Charco de Chapulco porque el basamento está mal hecho en la primera lluvia con fuerza que azote a la capital poblana, se va a anegar y puede inundar a los 5 mil millones de palomares hacinados en Héroes Puebla.
Digo, no era necesario tener estudios en arquitectónica rusa o eslava para darse cuenta de que estaban mal ejecutadas y que tarde o temprano se fincarían responsabilidades, pero…insisto… ¿Porqué así?
Mediáticamente, tampoco ha sido un golpe ni nada que haga subir los bonos del señor maestro, sobre todo después de la pifia en la elección de juntas auxiliares, el protagonismo exacerbado que le han robado sus regidores y la pasividad ante eventos tales como los franeleros, los ambulantes, etc.
GOLPE DE TIMÓN
Con el anuncio de la orden de aprehensión en contra del dueño de UPSA por las fallas en el Centro Expositor, hubo un supervisor general que empezó a sudar y a tratar de limpiar el chiquero, porque no sabe como ocultar que pagó hasta 6 veces cantidades millonarias, por los mismos conceptos.
