22-11-2024 10:36:52 PM

Miedo a la policía

ecos30

No nos caracterizamos por ser un país en el que la policía sea un cuerpo confiable.  La corrupción es algo que, lamentablemente, nos identifica ante los ojos extranjeros (y propios, si somos honestos) y así crecimos, así nos acostumbramos a vivir.

ecos30Tampoco somos un país seguro, incluso antes de la explosión de la guerra contra el narco. Las extorsiones, los asaltos, los secuestros y demás crímenes, eran delitos que atiborraban las ya llenas cárceles mexicanas, por el gusto del dinero fácil y por las ínfimas condiciones de pobreza de las clases más oprimidas.

Sin embargo, en 31 años de vivir en Puebla, sólo había vivido un episodio de delincuencia con un pariente cercano, secuestrado a la puerta de mi casa, en aras de robarse uno de los autos más codiciados en el mercado negro del sur del continente: el New Beetle.

Pero recientemente, tres casos –dos cercanos y uno reportado por una llamada del auditorio a Al Portador- han alarmado a la sociedad, y es que se reporta que las mismas patrullas con policías que siempre van ‘en pareja’, acorralan y asaltan a los ciudadanos.

El primer caso fue el de un empresario que reportó el asalto cerca del panteón municipal y la 11 sur, al cual bajo una supuesta revisión, amedrentaron y quitaron una fuerte suma y sus pertenencias, concluyendo con una amenaza en su contra si denunciaba, pues ya tenían su dirección y datos personales.

Otro caso se dio en la 25 poniente, donde a un individuo lo acorralaron y bajo amenazas, lo subieron a la patrulla, cuando ahí fue despojado de su quincena e igualmente agredido verbalmente, con temerosos comentarios.

Y el tercer caso fue reportado el lunes 28 de marzo a través de una llamada al matutino de Al Portador, donde el señor Alejandro R. denunció a la patrulla de policía municipal P3-26 por el asalto cometido a su hijo a dos calles de su casa (no menciona la colonia), comentando que le robaron todo y lo amenazaron.

El primer caso al escucharse, pudo ponerse en duda; al escuchar el segundo, queda uno advertido y al tercero, ya hay miedo y decepción.

Una cosa es que la policía no sea un cuerpo tan confiable –hay sus honrosísimas excepciones-, y que en ocasiones falle al proteger, pero de ahí a que se conviertan en los extorsionadores y delincuentes de los que deberían de defender, es otra cosa.

¿Qué opina Eduardo Rivera? ¿Sabrá de este fenómeno? Que le avisen al Maestro que la seguridad, es uno de los temas básicos para quedar en el buen ánimo de la población.   Ya aunque sea por fines electorales, que se investigue este tema, ¿no?

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