21-11-2024 08:11:08 PM

¿Juniors?

Por Jesús Manuel Hernández

 

Un viejo refrán vino a la memoria este fin de semana luego de la conferencia de Álvaro Delgado y Carlos Páez Varela en la Ibero Puebla durante la presentación del libro “Izquierda 1923-2023: La Terca Travesía”.

Álvaro, especialista en los movimientos llamados de “derecha” en México advirtió que la Cuarta Transformación se ha ido contaminando con la llegada de priístas y panistas, en clara alusión a los “chapulines” que han brincado en los últimos meses y dejado en el closet o en el basurero el chaleco rojo o el azúl y adoptado el color Pantone 7421 C de Morena.

Y parece que dio en el clavo, en Puebla la 4T ha cedido espacios y dado muestras del fracaso en aquello de la formación de cuadros.

El debate al interior ha brincado de lo ideológico, purista, a lo pragmático, es decir la congruencia de la ideología ha sido desplazada por la conveniencia de lo pragmático, total lo importante es ganar.

Lo que Álvaro no reveló, es sobre esa corriente de poblanos que viene manteniendo sus privilegios por décadas, esos que bien pudieran dividirse entre la aristocracia y la plutocracia poblanas, un reducto de los “notables” de quienes se sienten “responsables” de velar por los vasos comunicantes para mantener los asientos, las libertades, las opciones de negocios y por supuesto de “influencia política”.

En fin, el refrán que vino a la memoria con Alvaro Delgado es “Si no puedes con tu enemigo, únete a él, es una premisa muy antigua y se refiere sin duda a esa cualidad que debe tener alguien en los negocios o en la política: “no enfrentarse a enemigos superiores a uno mismo, sino ver la forma de adherirse a ellos”, dicho de otra forma, mejor ser cola de ratón que cabeza de león, o desaparecer.

El Municipio de Puebla parece ser un ejemplo en todos los aspectos, en la teoría y en la práctica. ¿Acaso nadie se ha dado cuenta que los aspirantes a gobernar la ciudad tienen algo en común? Son empresarios, vienen de familias de poder y técnica y socialmente son “juniors”, al menos en el nombre y apellido.

O por lo menos, así me lo parece.

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