Por Guillermo Alberto Hidalgo Vigueras
Es inevitable el tocar el tema de la Semana Santa, con los problemas de la inseguridad que aquejan a nuestro país, y si me apuran mucho, al mundo entero.
La situación, es que si en épocas que no son de vacaciones la inseguridad e ineptitud de la mayoría de las autoridades del tema en la república, esta fuera de duda (salvo sus muy honrosas excepciones) pues ahora imagínense ustedes, en esta época de la semana mayor.
La cosa, es que lo que en otrora tiempo eran fechas de guardar y meditar, hoy día es de desmane, folclor y fiesta, eso no lo critico, ni opino en cuestiones religiosas, pues cada quien tiene sus ideas y muy respetables.
Pero la situación, es que al haber cambiado los tiempos, las costumbres y la misma sociedad, estas fechas se han convertido en sinónimo de fiesta, viajes, borracheras y por ende en descuidar cuestiones tan importantes como nuestra propia seguridad, tanto en nuestras casas, si es que salimos, y si es que nos quedamos, tomemos las debidas precauciones durante los trayectos y cuando vayamos a lugares de diversión dentro de nuestra ciudad.
La situación es realmente que, en estas fechas, la población y las problemáticas casi en todos lados, a excepción pienso yo, de la ciudad de México que casi se vacía, aumenta de manera exponencial y eso es de tomarse en cuenta y muy en serio, pues aún teniendo policías y cuerpos de auxilio y seguridad responsable, simple y sencillamente no hay personal que alcance, si no tenemos precaución y tomamos en serio nuestra integridad tanto personal como material.
Tomemos en cuenta si viajamos, ¿a dónde lo hacemos?, tratemos de no aventurarnos a lugares solos, hoy en día el hacer campismo o exploración de manera independiente, de verdad se ha convertido en actividad de alto riesgo y debemos además de tener a la mano diferentes formas de comunicarnos entre nosotros y los cuerpos de emergencia.
Cuando caminemos por los centros comerciales, evitemos el separarnos demasiado como grupos, o familia y tengamos mucho cuidado con lo que ingerimos en un antro o incluso en los restaurantes.
Hagamos un plan de contingencia si es que vamos a viajar, revisemos nuestros medios de transporte si nos vamos a trasladar en los propios y por tierra, y si usted tiene la oportunidad de comprar paquetes vacacionales, pues hágalo con empresas reconocidas y serias y que no en un momento dado, pierda su dinero, sus vacaciones o en una de esas hasta su vida.
No quiero ser fatalista, pero las cosas no están para menos, basta con ver los noticieros, ya sea en radio, televisión o medios cibernéticos, tomemos medidas, que en muchos casos por básicas parecen juegos o exageraciones, ejemplo de ello es que independientemente de hacer revisión de todo lo que se va a utilizar, si se van de vacaciones y hacer un plan de emergencia si se quedan, analicemos las cosas que debemos de tener a la mano, por ejemplo un celular de esos ya pasados de moda pero que aun funcionan y son inmunes a los jamers que ahora se utilizan para hacerlos quedarse sin señal y evitar que ustedes puedan hacer una llamada de emergencia.
En fin, seamos lógicos y usemos nuestro sentido común, que a veces por ser el más común de nuestros recursos, pues comúnmente no pensamos en él ni lo utilizamos…
¿O no?
Juzgue usted.