Por Yasmín Flores Hernández
En tres años, más de 800 alumnas y alumnos de cinco instituciones universitarias en Puebla denunciaron algún tipo de violencia, desde acoso hasta agresiones sexuales.
El problema es añejo y está presente desde hace décadas en los espacios universitarios, pero hoy, el hartazgo de las alumnas y alumnos de la Universidad Iberoamericana Puebla llegó a su limite.
El pasado lunes expusieron y exigieron que se reconozca la gravedad de la violencia que enfrentan y se tomen medidas efectivas para prevenirla y sancionarla.
La violencia de género en las universidades es un hecho frecuente, pero poco reconocido y estudiado en México. De lo anterior se desprende que no existan protocolos para dar una respuesta efectiva desde los centros de educación superior que albergan a miles de estudiantes.
Como lo he comentado en reiteradas ocasiones la violencia de género es un cancér que calcome a la sociedad, estamos infestados de violetadores y violentadoras.
De nada nos sirve conmemorar cada 8 de marzo la lucha de las mujeres por la igualdad, el reconocimiento y ejercicio efectivo de sus derechos, si todos los dias hay noticias sobre feminicidios, acoso y agresiones en contra de nosotras.
Ni siquiera en las instituciones que consideramos estar seguras, realmente lo estamos.
Es frustrante para una servidora conocer casos de mujeres violentadas, y simplemente ver a las autoridades siendo omisas, ante los hechos del día a día.
El tendedero que expusieron las alumnas de la Ibero dejó ver que existen violentadores sexuales, psicológicos y muchos, pero muchos, acosadores.
Ante todo esto:
¿Qué hace la universidad para mitigar o mejor dicho para erradicar este tipo de conductas, dentro de la misma intitución?
Yo le pregunto a usted que me escucha y mi lee, ¿sabe si sus hijas o hijos han sido acosados o violentados por sus compañeros o maestros?
¿No?
Sería bueno tener mas comunicación con nuestros hijos y orientarlos sobre este tipo de conductas.
Recuerde:
DELITO QUE NO SE DENUNCIA, SE VUELVE A REPETIR.
Pero hay algo importante que detonó que las alumnas y alumnos, se movilizaran y organizaran para levantar la voz y ser escuchados, su nombre es Fernanda tiene 22 años, tres años más que mi hija.
Escuchar su historia te eriza la piel, todo empezó hace 10 meses con un noviazgo, al paso del tiempo la relación se torno violenta, controladora y abusiva.
Carlos N. controlaba las redes sociales de Fernanda, sus fotos, sus amigos y hasta con quien se relacionaba, todo esto lo cuenta la joven y obra dentro de la carpeta de investigación, a cargo de la Fiscalía del Estado.
Un trabajo en equipo y el estar solos, generó una serie de agresiones en contra de la joven, al grado de destruir parte de los muebles y accesorios de un departamento, todo esto, por simple hecho de terminar la relación.
Las amenazas no se hicieron esperar.
Carlos N. en más de una ocasión, además de agredirla, fisica y psicologicamente, amenazó a Fernanda con destruir su imagen dentro de la Universidad y hacerle daño a lo que más ama, que es su familia.
El miedo y la desesperación que invadió a Fernanda, propició que el uno de diciembre del 2023, Fernanda denunciara a su agresor ante la Fiscalía del Estado, apoyada por su madre.
Una serie de mensajes que adjunto a esta colaboración fueron enviados a la joven, en donde describen la fina persona que es Carlos N.
Muchas agresiones pasaron dentro del campus de la Universidad Ibero Puebla, cabe mencionar que esta situación fue notificada a las autoridades de la misma, el dos de Diciembre del 2023, un día despúes de presentar denuncia ante Fiscalía.
La Universidad le solicitó a la joven guardar silencio, en cuanto se realizarán las investigaciones pertinentes, ofreciéndole terapia psicológica.
Al cabo de un par de semanas y al ver que no le daban respuesta, Fernanda solicitó su cambio al campus de la Cd. De México, siendo aún mas tedioso e imposible de realizar para este semestre.
La Ibero Puebla se comprometió a que la investigación fuera pronta, para que la alumna no truncara sus estudios, siendo esto una vil mentira.
Hoy Fernanda dejó de estudiar su Licenciatura y sólo acude a un diplomado de forma hibrída, temiendo toparse con su agresor, o bien que su hermano que tambien estudia en la misma Universidad, pueda ser victima de Carlos N. y su finos amigos.
Tres meses después esta joven ya cuenta con medidas de protección por parte de la Fiscalía del Estado, pero aún no tiene respuesta por parte de la Universidad.
Yo me pregunto, ¿Qué tiene que pasar para que las autoridades toman cartas en el asunto y generen condiciones propicias para todos los estudiantes, sin distinción de sexo?
En más de una ocasión he escuchado la exigencia por parte de dicha universidad para que los casos de feminicidios y desaparecidos no queden impunes.
Se quejan de las autoridades estatales y fiscalía, como si ellos fueran mejores, es lamentable que exijan algo que ellos no dan.
¿Pero dónde queda la congruencia de las autoridades de la misma?
Hace un par de años un caso en la misma Universidad cimbró Puebla, dos alumnos estaban involucrados, por un lado una joven llamada Minerva Calderón, la víctima; y por otro, su agresor José Rodrigo Vázquez Barrientos, hoy prófugo.
Minerva fue asesinada por un compañero de la Ibero, setenta puñaladas recibio hace ya siete años, no sé si en su momento esta joven denunció ante la universidad el acoso que sufría de José Rodrigo.
De ser así y de haber tenido un protocolo, dentro de la institucíon probablemente la joven estaría con vida.
Hoy Fernanda tuvo el valor de denunciar a su agresor y con ello probablemente salvar su vida.
Usted que me escucha y mi lee, digame qué sintió al escuchar la historia de estas jóvenes.
No sé usted, pero a mi me erizó la piel, porque su servidora tiene tres hijos universitarios, y me queda claro que cualquiera de ellos está expuesto a este tipo de situaciones.
Lamentablemente, la Ibero Puebla, no es la unica universidad en la cual existen denuncias este tipo, hace un par de meses tambien la Upaep se vio envuelta en señalamientos de acoso por parte de las alumnas y alumnos, en contra de catedraticos y alumnos de la misma institución.
Ahora bien, conocemos el problema
Pero, ¿qué hacemos?
Aquí debemos entrarle todos, como lo he dicho miles de veces, desde casa, fomentando la comunicación con nuestros hijos, inculcando valores y respeto por los demás.
No basta con darles cosas materiales, si en realidad lo que necesitan es atención, comunicación y saber que estamos como padres presentes en sus vidas, que generar violencia hacia los demas, causará violencia hacia ellos mismos.
A las autoridades de todos los ambitos les exijimos generar políticas públicas, protocolos y menos burocracia para salvaguardar la integridad de cada victíma.
A las feministas les solicito, tomen esta bandera y acuerpen a las víctimas, no sólo en campañas, sino, cada día, que casos hay muchos y no las veo presentes.
A las autoridades universitarias sean congruentes de lo que dicen y hacen, no sólo se trata de exigir, también de proponer y entrarle.
Esto no es algo ajeno, como lo dije a principio de esta colaboración, esto es un cancér que calcome a la sociedad.
Por tus hijas, por tus hijos y por los mios, hagamos algo.
Ella es Fernanda…
Termino mi colaboración con esta frase:
Pasemos de lo discursivo a lo práctico, no estás sola.
Yasmín Flores