Conforme pasan los días, hay algunas cosas que siguen sin entenderse muy bien en el inesperado escenario de la victoria de la oposición al PRI en nuestro Estado el pasado 4 de julio.
Inesperado, incluso, para los ganadores, que si bien sabían que la contienda ya estaba empatada y aún con ciertas posibilidades de ganar, jamás esperaron que fuera por la diferencia final. Reitero, ya habrá mucho tiempo para entender qué fue lo que en realidad ocurrió. Los encuestadores ya trabajamos en ello, como parte de nuestra responsabilidad también.
Pero de eso ya se ha escrito demasiado. Lo que a mí me llama la atención en realidad es otra situación.
Y no es otra que la actitud de Mario Marín y su gobierno con respecto al reconocimiento de los ganadores de la elección. Porque aunque ayer en la ceremonia del CENHCH medio declaró que habrá un cambio de gobierno pacífico y apegado a la legalidad ?y eso constituye un virtual reconocimiento de la derrota de su partido-, la verdad es que no ha habido una postura oficial en la que ya se acepte que Rafael Moreno Valle es el Gobernador electo.
Por más que la propia autoridad electoral estatal ya haya otorgado las constancias de mayoría y con ello ya haya legalmente un ganador. ¿Qué es lo que pasa?
Pues siguen las cosas raras. Y esta vez. Como muchas otras, tienen que ver con la situación política nacional.
De extraordinarias fuentes nacionales, nos enteramos que el caso Veracruz va a dar mucho de qué hablar en los próximos días. Ya se habla de que el PAN y su aliado el Panal no reconocerán el triunfo ?muy apretado y cuestionado- de Javier Duarte con Fidel Herrera como su principal operador. Pero que en este juego, la otra alianza opositora en Veracruz, la de Dante Delgado con el PRD, Convergencia y PT, será la que impugne el proceso y se vaya con todo contra los que hasta hoy se declaran ganadores.
Se dice que el gobierno federal ya tomó la decisión de apoyar la impugnación y que la decisión final del Trife (que sigue convertido en un auténtico empleado del gobierno federal en turno) irá por la anulación de la elección, la designación de un interinato y la repetición del proceso, quizás con candidatos diferentes. Y ahí se abren posibilidades de nuevos protagonistas que incluso dejen satisfecho al propio Fidel Herrera, que sacrificaría a su delfín por otro priísta que sí fuera bien visto por personajes como Elba Esther Gordillo, quien también sacrificaría a Miguel Angel Yúnes.
Una especie de ?borrón y cuenta nueva? con un candidato bien visto por todos en el PRI y un sacrificable en el PAN-Panal.
Pero la otra cara de la versión es que el Presidente Calderón peleará porque ese próximo proceso beneficiara al candidato del PAN-Panal y que se ha impuesto como meta ganarle el Estado a Fidel Herrera.
Y que en esas negociaciones están (porque aquí ya nada tiene que ver la ciudadanía? que inocentemente sigue pensando que es con su voto como se resuelven las elecciones).
Y aquí es donde entra el tema de Puebla y sus resultados.
Se dice que Beatriz Paredes, efectivamente ha hablado con el Gobernador Marín y le ha pedido que no salga a reconocer la victoria de Rafael Moreno Valle, hasta que no se resuelva el tema Veracruz (y en mucho menor medida, Durango). Una actitud medio incomprensible, repito, toda vez que la propia autoridad electoral ?tan cuestionada en su momento- ya emitió su veredicto sobre el resultado.
El problema es que Beatriz Paredes tampoco se ha visto ?ni se vio nunca- muy convencida de defender a sus candidatos en Puebla. Simplemente está usando a Puebla como arma de presión para los intereses nacionales de ella y de su partido. Honestamente creo que lo que menos le quita el sueño a la tlaxcalteca es el tema de la derrota de Javier López Zavala.
Pero aquí mismo también siguen las cosas raras (como tantas más que ocurren desde el mismo 4 de julio).
No pocos priístas argumentan y manejan datos de un malévolo complot operado desde el gobierno federal y el SNTE para ganarles la elección. Se habla de miles y miles de movilizados para votar a favor de Compromiso por Puebla. Se habla de compra de votos. Se habla de compra de operadores priístas. Se habla de mil o dos mil millones que fluyeron desde el gobierno federal para ganar la elección?
Pues sí, pero en el supuesto caso de que contaran con pruebas para sostener sus acusaciones? ¿por qué no las han usado? Vamos, ¿por qué no impugnan el proceso? ¿Por qué sigue habiendo un muy sospechoso silencio del Gobierno del Estado tanto para reconocer el triunfo de Moreno Valle y los candidatos de Compromiso por Puebla, pero también para quejarse del proceso e impugnarlo, si es que hubo tantas anomalías?? ¿Quién está engañando a quién?
Entonces, volvemos al punto original: Más y más cosas raras conforme pasan los días. Sólo el tiempo irá aclarando todo.
Y mientras los políticos se arreglan en las más altas esferas? los poblanos a la espera de un mejor futuro.
Con otro gasolinazo, por cierto.