22-11-2024 07:12:17 PM

Lucha por el poder

Por Jesús Manuel Hernández

 

Un proverbio popular dice: “No hay fecha que no se cumpla ni plazo que no se llegue”, y ese es el caso de MORENA ante el proceso de selección de candidatos para los estados donde habrá elecciones en 2024.

Este 18 de septiembre con la publicación de la convocatoria se abre el espacio para el registro de quienes quieran competir, la próxima semana entre el 24 y el 25 habrán de llegar a las oficinas del movimiento quienes quieran ser tomados en cuenta.

Veremos así anotarse a quienes han venido trabajando desde hace varios meses en posicionarse siguiendo los métodos conocidos, recorridos, desayunos, comidas, cenas, concentraciones masivas, espectaculares, entrevistas, donde se van dando los “amarres” para compartir el poder cuando se adquiera formalmente.

En las últimas semanas la lista de aspirantes para el caso de Puebla se ha visto fortalecida, José Antonio Martínez García, Olivia Salomón y Liz Sánchez se suman a los anteriores, Claudia Rivera Vivanco, Rodrigo Abdala, Julio Huerta y por supuesto los punteros Ignacio Mier y Alejandro Armenta, de entre alguno de ellos saldrá el nombre para defender a la 4T en el proceso de 2024.

En tiempos de Miguel Barbosa la lista era similar, salvo por Sergio Salomón Céspedes, quien era, según los conocedores, la verdadera carta de Barbosa para sucederle, de ahí el tema de su designación como sustituto a la muerte de Miguel.

Barbosa nunca quiso a Nacho Mier, asunto aprovechado por sus promotores para penetrar en los grupos perseguidos por el barbosismo; en cambio, siempre dejó abierta la puerta a que Alejandro Armenta pudiera ser un candidato desde el “centro” con quien consiguiera negociar en caso de no tener una carta lo suficientemente fuerte para competir.

De unas semanas a la fecha circula en Puebla la versión de que los destinos políticos de la entidad no son tan autónomos e independientes, más bien, se pronostica que el futuro de Puebla estará íntimamente ligado a la decisión final de quién será la o el elegido para la Ciudad de México.

Y no es que Puebla no le importe a Morena, más bien, su proximidad podría verse influenciada por lo que suceda en la capital.

Quizá por ello la inclusión de dos mujeres más y un ciudadano, José Antonio Martínez.

Pareciera que desde algún nivel muy alto en la federación se va cultivando un escenario donde las “dos opciones” conocidas no sean al final del día, las únicas y se confronte a uno de los “favoritos” para dejar un espacio a una tercera o tercero, según se decida si es mujer u hombre.

Hasta ahora las entidades donde habrá elecciones van definiendo su tendencia, en Guanajuato será hombre, Ricardo Sheffeld en Veracruz, mujer, Rocío Nahle; en Tabasco, hombre, Javier May; en Chiapas, mujer, Manuela Obrador; en Morelos, mujer, Margarita González; en Yucatán hay tres finalistas una mujer y dos hombres; en Jalisco lleva delantera un hombre, Pablo Lemus; y quedan Ciudad de México y Puebla sin definición.

El gobernador Céspedes convocó el pasado 16 de setiembre a los aspirantes a no pelearse, a mantener la unidad.

¿Quién sería capaz de mantener la unidad en la contienda interna dado un escenario de confrontación?

Quizá la respuesta esté en considerar las palabras de Claudia Sheinbaum y la del presidente López Obrador, quienes, al final del día, podrían jalarle las riendas a uno de los primos y con ello dejar espacio a la decisión final.

Hoy, como muchas veces, Puebla volvería a ser escenario de “experimentos” en el terreno de la política mexicana, como sucedió con Luis Echeverría…

Pero queda la duda, ¿cómo le pagarán a los perdedores? Y no me refiero a los aspirantes, más bien a los inversionistas, a los patrocinadores de los punteros, un asunto que por el momento no está en manos ni de Sheinbaum, ni de Céspedes.

O por lo menos, así me lo parece.

 

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