23-11-2024 05:02:36 AM

La dupla estulta

Por Valentín Varillas

 

Melitón Lozano y Eric Cotoñeto deberían de escribir un largo y profundo tratado sobre todo lo que no se debe de hacer en la política real.

De cómo, desde una posición de auténtico privilegio, transitar del cielo al infierno en tiempo récord.

Un manual que describa, paso a paso, cómo una concatenación de errores, yerros y pésimas decisiones, tienen como resultado inevitable el dilapidar los potenciales beneficios de haber formado, en algún momento, parte de la élite que hoy gobierna el estado.

Y por lo mismo, acabar defenestrado, solo y próximamente, enfrentando una auténtica pesadilla legal con consecuencias desastrosas.

Vaya par.

Una fatal combinación de mucha soberbia, poca capacidad y nula inteligencia.

En todos los aspectos.

No podía darse un resultado diferente.

Cotoñeto metió a la lumbre al todavía titular de la SEP.

Fue la sirena que entonó el canto perverso que lo llevará al exilio.

Lo convenció de que, una vez abierto el proceso de sucesión por el propio gobernador,  era la mejor carta y que el tenía la varita mágica que haría realidad el milagro.

Que gracias a sus buenos oficios él podría influir para que la balanza se inclinara a su favor y poder convertirse en la carta de Miguel Barbosa en el proceso de selección del candidato de Morena para el 2024.

Se vendió como el más cercano, el más querido, el de mayor confianza e influencia en la toma de decisiones.

Nunca lo fue, ni de chiste.

Una cosa es el cariño y este nada tiene que ver con estar consciente de que para la lucha política, son necesarias cualidades como inteligencia, talento, capacidad para el diseño y operación de estrategias, entre otras.

Pero también se requiere mucho realismo y humildad.

Nada de todo lo anterior lo tiene Cotoñeto.

Tampoco Melitón quien cayó redondito en la trampa.

Hace apenas unas semanas, en este espacio se publicaron líneas contundentes, claras, demoledoras, de cómo el secretario estaba utilizando su posición en el gabinete como trampolín político.

Para fines absolutamente personales.

La dignificación de espacios educativos a través de la entrega de materiales y equipos fue solamente un beneficio colateral.

No el objetivo principal era obtener un beneficios político para él en lo individual.

Nada más.

Por eso los tonos, adjetivos y formas en el discurso.

Por eso, la ausencia de menciones al gobernador Barbosa en el mismo.

También por eso, la secrecía, el hermetismo con el que se llevaron a cabo.

En Casa Aguayo simple y sencillamente no se tenían previstos.

Y no, no se trata de especulaciones: la Secretaría de la Función Pública recibió ya la instrucción oficial de iniciar una investigación a fondo de cómo y en qué gasta la SEP poblana.

No hay duda, el precipicio está cerca, muy cerca de este par de elementales que -para bien de la vida pública poblana – serán defenestrados antes de lo que ellos mismos imaginan.

 

About The Author

Related posts