Por Valentín Varillas
Por décadas, los pésimos gobiernos municipales en San Martín Texmelucan han dejado como saldo social, además de mayor pobreza y marginación: sangre, muerte y destrucción.
Todo esto ha sido el resultado de una monumental incapacidad para ejercer el cargo, de la mano de una descarada corrupción.
Cierran el círculo los infaltables acuerdos con los poderes de facto.
La delincuencia organizada, en la aplicación de su muy lucrativo “modelo de negocio”, depende de su perversa sociedad con las autoridades legalmente establecidas.
Y aquí, el eslabón más fuerte, el que suma y otorga libertades para hacer y operar a placer, es precisamente el gobierno municipal.
El crecimiento exponencial de las tomas clandestinas en este lugar, mediante las cuales se ordeñan los ductos de Pemex, explican el florecimiento exponencial del ¨huachicol”.
Las bandas dedicadas a este ilícito, aquel fatídico 19 de diciembre del 2010, fueron las responsables de la explosión que mató a 30 personas y dañó irremediablemente cientos de viviendas.
Sume a la ecuación los procedimientos legales que han alcanzado a ex ediles por desviar recursos del erario municipal.
Noé Peñaloza fue inhabilitado para ocupar un cargo público por 12 años por faltantes de 87 millones en su cuenta pública del 2008.
Casi nada comparado con los mil millones de pesos que detectó la Auditoría Superior de la Federación en la administración 2011 – 2014.
La que empezó Carlos Sánchez Romero y terminó Teodoro Ixtlapale Caporal.
Priistas siendo y actuando como priistas.
Todo esto, sin considerar el infaltable cobro de moches.
Las famosas comisiones que empresarios tienen que pagar para poder hacer conseguir contratos de obra pública o para vender productos y servicios al gobierno.
Imposible cuantificarlo.
La desgracia para los habitantes de este municipio es que, en estos tiempos de supuesto cambio político, nada de esto se ha erradicado.
Al contrario.
El gobierno morenista encabezado por Norma Layón, resultó igual o peor que los anteriores.
La caída del tanque de agua que mató a tres personas en la comunidad de San Baltazar Temaxcalac, apenas un par de días después de haber sido instalado, es apenas uno de los muchos ejemplos.
¿Cómo es posible que se la haya dado este contrato a una empresa a todas luces incapaz de llevar a cabo esta obra?
Una obra que en el papel duraría 20 años y que se vino abajo en 48 horas.
¿Bajo qué criterios se tomó tan aberrante decisión?
¿De a cómo y quiénes cobraron los moches?
Tres vidas costó la rampante corrupción que prevalece en el gobierno de Layón.
¿Cuántas más?
El control de daños implementado por sus asesores fue desastroso, pero retrata de cuerpo entero la personalidad de la edil.
Su humanidad.
Jamás un poco de empatía por las familias de los fallecidos.
Al contrario.
Se atrevió a criminalizarlos porque “estaban tomados al momento de la caída”.
¿Qué carajos tiene que ver una cosa con la otra?
Se trata de una copia al carbón de la forma en la cual Rafael Moreno Valle reaccionó al asesinato del niño José Luis Tehuatlie Tamayo a manos de policías estatales, en la comunidad de San Bernardino Chalchihuapan.
Son iguales.
Y de amarres con el crimen, estos gozan de cabal salud.
Texmelucan es un auténtico paraíso para todo tipo de grupos delincuenciales.
Huachicoleros, asaltantes, extorsionadores, asesinos, narcomenudistas y un larguísimo etcétera.
¿Ya se nos olvidó el caso de Luis Francisco Bustamante Flores?
Fungió como secretario de seguridad pública del gobierno de Norma Layón entre 2018 y 2020, hasta que la Fiscalía Especializada en Delitos de Alto Impacto cumplimentó una orden de aprehensión en su contra por el delito de secuestro.
Sí, un secuestrador se fue el encargado de diseñar y operar el programa de seguridad pública de la alcaldesa.
¿Qué podía salir mal?
¿Alguna duda sobre de qué lado juega el gobierno de San Martín?
Un nombramiento de tal importancia no se da sin el visto bueno de quién lleva las riendas de un ayuntamiento.
Si Layón sabía: mal.
Si no sabía: peor.
No le mueva; desde cualquier crisol que se quiera utilizar para el análisis, este es uno de los peores gobiernos en la historia del municipio.
Y no se va a poner mejor.
Las pedradas con las que fue corrida la edil de San Baltazar Temaxcalac, aunque contundentes, no alcanzan para expresar el monumental rechazo de los texmeluquenses a esta desastrosa administración.