Por Valentín Varillas
El desempeño de los candidatos de Morena en Puebla será fundamental para quien aspire a ocupar la presidencia de la República y echarse en hombros la continuidad de la 4T.
Existe un factor que preocupa a los estrategas y operadores de Palacio Nacional, que revalora el número de votos que sea capaz de obtener el partido oficial en el estado.
Se trata del consistente desplome del Movimiento de Regeneración Nacional en la Ciudad de México.
Esa capital que fue presumida como bastión incondicional de AMLO, mandó señales preocupantes en el 2021.
Después de la presidencial del 2018, se hicieron de 14 de 16 alcaldías.
Ahora, es gobierno en apenas 7.
La sangría de votos es notable.
Además de tratarse de la segunda entidad que más aporta al padrón nacional, todas las señales apuntan hoy a que la jefa de gobierno será la designada por AMLO para competir en el 24.
A Claudia Sheinbaum las cosas no le han salido nada bien.
Incluso, no sería exagerado concluir que, a estas alturas, su administración ha sido desastrosa.
Hace un par de semanas, el periódico El Financiero publicó una encuesta en donde la alianza conformada por PAN-PRI-PRD tiene una intención de voto de 44% en lo que a la renovación de la jefatura de gobierno de la CDMX se refiere.
Por su parte, la coalición Morena-PT-PVEM aparece con 42%.
Estos números distan mucho de ser definitivos, por supuesto.
Son apenas, la instantánea de un momento específico.
Sin embargo, otras “instantáneas” anteriores tampoco le favorecen en nada a Sheinbaum.
Antes de la Revocación de Mandato, en donde se notó una modesta recuperación, los números eran francamente preocupantes.
Sin embargo, otra encuesta publicada por el mismo medio, previo al ejercicio arroja que el 53% de los habitantes de la capital, no votaría por ella si fuera la candidata para el 2024.
Únicamente el 38% sí lo haría.
La misma medición se había realizado un par de meses antes, cuando un 45% se había manifestado en contra de su proyecto presidencial.
En apenas 60 días, el rechazo a Sheinbaum-presidenta creció un 8%.
El 24 de mayo pasado, el mismo medio publicó que la aprobación de la jefa de gobierno alcanzó su nivel más bajo del 2022 al ubicarse en 49%, número que empata con su peor registro, observado en mayo del 2021, pocos días después del desplome de la Línea 12 del Metro.
En este contexto, será muy importante para Morena lo que pase en los estados.
En el Estado de México tendrá que cerrarse la pinza del pacto de impunidad Peña-AMLO el próximo año, cuando el otrora poderosísimo Grupo Atlacomulco entregue dócilmente la gubernatura al presidente.
En la CDMX, ya vimos, tratar de evitar un mayor desplome de la jefa de gobierno.
En Jalisco, operar con todo par contrarrestar el efecto Alfaro, gobernador de oposición que se jugará su futuro enfrentando con todo al candidato de López Obrador.
Y en Puebla, estarán obligados por lo mismo a ganar por un amplísimo margen la gubernatura y así poder sumarle votos reales, contantes y sonantes, a quien Andrés Manuel decida que compita por la presidencia en menos de dos años.
Saben de sobra cómo y a través de quién hacerlo.
Y si quieren repetir en Palacio, por lo menos otros seis años más, no pueden dejar un solo cabo suelto.
