Por Rocío García Olmedo
Celebrar el Día del Padre en épocas actuales, implica no sólo plantear la evolución de tan importante día, también la de su significado.
A diferencia de antaño, cuando la paternidad se ejercía -y así se reproducía- basada en la figura del padre autoritario, que ejercía control, disciplina, vigilancia, de imposición de reglas, que imponía sinrazones sólo porque sí, con un afán machista; que consideraba su importancia solo como proveedor económico, pero que no se reconocía como proveedor de afecto, de cariño y de cuidados, por fortuna poco a poco ha ido cambiando.
Justo ese estilo de ejercer la paternidad de manera autoritaria es uno de los problemas estructurales con mayores impactos negativos en las mujeres y en las infancias.
De ahí que en ese proceso evolutivo los padres han tenido también que romper estereotipos que giran a su alrededor, tantos, como poco a poco lo hemos venido haciendo las mujeres con los estereotipos del ser madres.
Ello habla de replantear que los padres pueden y deben jugar roles diferentes, considerando que lo biológico no nos determina, ni a hombres, ni a mujeres, ni a madres, ni a padres.
Si tan solo muchos padres hoy revisaran sus propias historias, bastaría para entender el enorme papel que tienen cuando ejercen una paternidad afectiva y responsable.
Esa evolución de padres autoritarios hacia padres afectivos, obliga la reorganización de los formatos de antes, para construir nuevas formas de relacionarnos.
Por fortuna, poco a poco es más común ver que padres jóvenes desarrollen mayor empatía, juegan, dialogan y comparten de manera equitativa las tareas de cuidados.
Expertos atribuyen la responsabilidad de estos cambios al feminismo, que fue permitiendo cuestionar la figura del padre, así como la relación compartida y activa en la crianza y protección de sus hijos y e hijas, para encontrar otros modelos de familias que permitieran la posibilidad de encontrar otros vínculos de ser padres. (Vargas, 2021)
Aun cuando todavía no es un proceso uniforme y aún existen progenitores que abandonan, que son deudores alimentarios y son violentos, actualmente muchos padres buscan una mayor cercanía y otra forma de relacionarse con sus parejas y con sus hijos e hijas. (Stola, 2020)
Padres que dialoguen, que participen en la educación y en los cuidados, para promover ambientes y relaciones familiares libres de conflictos descalificaciones y agresiones físicas, verbales y psicológicas contra las mujeres y las infancias, es el reto de hoy.
Construir nuevas paternidades con cambios de los roles tradicionales y masculinidades positivas, que son transformadoras, es responsabilidad de todas y todos.
Sin duda ese reacomodo favorecerá a una vida más armónica.