25-11-2024 03:57:33 AM

Marihuana electorera

Por Jesús Manuel Hernández

 

Cien años después de haber sido usada como ingrediente “sine qua non” en asuntos religiosos y medicinales del México de 1920, la marihuana vuelve a acaparar los reflectores nacionales porque seguramente se aprobará su uso lúdico.

Para los especialistas hubiera sido mejor aprobar primero su empleo como ingrediente medicinal, pero los legisladores han sido persuadidos por el llamado de la Suprema Corte de Justicia mexicana para garantizar el derecho al desarrollo de la libre personalidad, bajo ese texto es que se ha avanzado en su aprobación.

Si bien hay limitaciones como la edad, la portación de un máximo de 28 gramos o la opción de tener 6 macetas en casa u 8 si son dos los consumidores que vivan juntos, también hay detractores de su empleo por la adicción que se puede generar.

El debate bien puede centrarse en los siguientes días entre si se abre o no a la industrialización con capital externo o solo mexicano, si acaso esta opción globalizada puede afectar a los pequeños productores.

Al final del día el tema de la siembra, cultivo y comercialización de cannabis, vulgo marihuana, puede alcanzar la terrible cifra de 70 mil millones de euros al año en todo el mundo para el año 2027 según ha publicado estos días el Gran View Research.

Pero todo esto no es el motivo principal para que los diputados y ahora los senadores se aboquen a dar el “sí” a la propuesta.

Nuevamente el presidente López Obrador acaba de marcar agenda y no contento con haber convocado a quienes quieren sucederlo a abrirse en el juego y anunciar que en 2024 se retira, ahora pone en charola de plata un factor que no había considerado ningún aspirante a ganar las elecciones intermedias.

No ha bastado con las becas a estudiantes o los apoyos a los ancianitos, el combate a la corrupción, la rifa del avión o haber domado la curva de la pandemia que ya alcanza prácticamente los 200 mil muertos.

Ahora el presidente le regala al pueblo bueno y sabio, que haya cumplido los 18 años, la edad necesaria para votar, y a todas las generaciones anteriores el placer de la marihuana, el entretenimiento que siempre soñaron y que se hacía en la clandestinidad.

De conseguirse la aprobación lúdica de la cannabis, el presidente tendrá en la bolsa millones de votos.

O por lo menos, así me lo parece.

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