Por Valentín Varillas
Las asociaciones médicas del país, todas, han enviado un documento dirigido al presidente López Obrador, al Secretario de Salud, Jorge Alcocer y a Hugo López Gatell, subsecretario del ramo, pidiendo equidad en los criterios de aplicación de las vacunas contra el Covid.
Es evidente que algo están viendo que les preocupa y mucho.
Y tal vez tengan razón.
Y es que, pareciera que algo personal trae el presidente en contra de los médicos privados.
Tal vez le molesta el hecho de que, a través de años y años de estudio, dedicación y sacrificio, en el desempeño de su profesión tengan hoy la oportunidad de acceder a un muy buen nivel de vida.
Lo que para muchos de nosotros es un asunto de justicia elemental, para él es una afrenta.
¿Por qué? -imposible saberlo con precisión.
No parece haber una respuesta clara para entenderlo.
La historia se ha encargado de mostrarnos, con toda dureza, cómo la silla del poder detona todo tipo de filias y fobias, complejos y traumas personales.
Y bajo esta lógica se toman decisiones y se operan políticas públicas que afectan la vida de millones de personas.
En el inicio del proceso de vacunación, por ejemplo.
No considerarlos en las primeras etapas, es muy injusto.
Ellos se han sacrificado a la par en el combate de la pandemia.
Todos los días arriesgan su vida para salvar la de los demás.
¿Tendrá el presidente la dimensión real de lo que su trabajo ha significado en términos de número de infectados curados y de personas tratadas con éxito en los hospitales privados?
Además, con esta decisión afecta también a enfermeras, camilleros, trabajadores de limpieza y demás, que están lejos de tener los mismos ingresos que los doctores privados.
Es más, sus salarios son muy similares a los de sus pares que laboran en instituciones públicas de salud.
Si el rencor es por el tema del dinero ¿no merecerían ellos también ser de los primeros vacunados?
Parece que, en esta torcida lógica de ver y priorizar las cosas, aquí pagan justos por pecadores.
No es la primera vez que el presidente arremete contra la medicina privada.
Al inicio de la pandemia, los acusó en una mañanera de ser “mercaderes de la salud”.
Sin filtro, como siempre, declaró que todos los médicos que se formaron en la época de los gobiernos neoliberales, normaban su actuar únicamente en base en criterios de tipo monetario.
El hoy jefe del ejecutivo dictó la muerte del neoliberalismo a partir de su llegada al poder : el 1 de diciembre del 2018.
En base a esto, todos, absolutamente todos los doctores que actualmente ejercen su labor en hospitales privados y quienes además de su práctica particular, dedican parte de su horario de trabajo a apoyar a instituciones públicas de salud, son parte de este universo al que el presidente fustigó.
Demencial.
Sobre todo porque, hace unos años, cuando sufrió un infarto, López Obrador acudió a la medicina privada para salvar su vida.
A estos “malvados” “carroñeros”, a los que solo les interesa el dinero.
No se quiso tratar, faltaba más, en ninguna clínica o institución pública.
Estuvo internado en Médica Sur.
Así ha pasado también, con otros representantes de la 4T que se han contagiado de Covid.
Ni hablar.
Por eso, es terriblemente injusto que servidores públicos como regidores, diputados y demás, directores y administrativos de clínicas de gobierno, además de los “siervos de la Nación”, los que integran la estructura de operación electoral de Morena, sean vacunados primero.
Tal vez, por todo lo anterior no resulte casual que haya renunciado Miriam Veras Godoy, la encargada del Programa Nacional de Vacunación.
Sí, decidió irse en el momento más complicado de la pandemia.
¿Qué vio?
¿De qué no quiso ser cómplice?
“Bajarse del barco antes de que se hunda”- le llaman en el argot popular.
Vaya panorama.