23-11-2024 04:24:42 PM

La República del Delator

Por Alejandro Mondragón

 

El último clavo que sostenía al sistema político en este país ya se cayó: la complicidad en el poder.

 

El omertà, ese código de honor siciliano que prohíbe informar sobre las actividades delictivas consideradas asuntos que incumben a las personas implicadas.

 

La no delación sobrevivió sexenios de priismo y doce años panista, pero ahora con la 4T halló el camino para rostizar lentamente a los corruptos del pasado bajo el llamado “criterio de oportunidad”.

 

El silencio incluso da paso al reciclaje de políticos sexenio tras sexenio. Quizá la mayoría incompetente, pero no delator. Así se construyó el sistema político.

Se crea precedente, incluso para los gobiernos morenistas, pero ahora todos los caminos conducen a Peña Nieto.

 

Los suyos, a quienes exhibía como la nueva generación en el poder y ponía como ejemplo a seguir, son los primeros en irse delatando.

 

El caso de la Estafa Maestra es ilustrativo: Emilio Zebadúa acusa a su jefa Rosario Robles, quien a su vez culpará a Luis Videragay, exsecretario de Hacienda que ¿también empinará a Peña Nieto?

 

Y en Pemex mismo modelo: Emilio Lozoya denuncia a cómplices legisladores panistas por aceptar sobornos que le autorizaba Videgaray, ¿por instrucción de Peña Nieto?

 

Es la República de la Delación, sin más.

 

En todos los ámbitos se traicionan unos y otros. En Puebla, se sabe que personajes como Gerardo Islas o Marcelo García Almaguer han señalado corruptelas de morenovallistas y galistas para salvar sus posiciones.

 

Los políticos en el poder ahora deberán cuidarse de su círculo más cercano, porque es ahí donde las puñaladas traperas se darán al final de los sexenios o trienios.

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