Por Valentín Varillas
No, el proceso de ajuste de cuentas con el pasado, en Puebla no se ha detenido.
Para nada.
Avanza de manera importante.
“Sin prisa, pero sin pausa”-como diría el clásico.
Y a pesar de lo que pudiera pensarse, va sumamente adelantado.
Cada vez más claro, más preciso, más contundente.
Privilegiando siempre los tiros de precisión, no los escopetazos sin sentido.
Cada uno de los que componen aquellas “carpetas rojas” del morenovallismo, se ha ganado a pulso el estar considerado para lo que viene.
Personajes importantes del mundo político y del servicio público, además de sus cómplices, operadores y “abre-puertas”, que dejaron grandes y profundas huellas de corrupción a su paso por este mundillo apestoso de los círculos del poder.
Tal vez parezca obvio, pero en todo esto, cada vez juega un papel de mayor importancia la figura de Santiago Nieto.
El titular de la UIF tiene comunicación permanente, efectiva y de altos vuelos con el actual gobierno estatal.
Por él, ha pasado y pasará todo, absolutamente todo lo relacionado con el tema.
Se quede en su cargo o bien si decide emprender el vuelo en el mundo de la política partidista.
Ya todo está avanzado, existe una ruta crítica muy concreta a la que cualquiera podría darle seguimiento fácilmente.
La retroalimentación entre niveles de gobierno va y viene con una efectividad que llama la atención y se nutre de información muy valiosa.
En este proceso, ha llamado la atención también lo “descuidados” que fueron en su momento, quienes se dedicaron a saquear el erario estatal.
Su enorme soberbia y la arriesgada apuesta de que serían eternos en el poder, hoy les juega en contra.
Para Santiago Nieto, Puebla es importante.
Y es que, existen importantes cuentas que han quedado pendientes de ajustar con el morenovallismo y que datan del proceso electoral del 2018.
El hoy funcionario federal recibió la encomienda de venir al estado y documentar todas y cada una de las irregularidades que se dieron en la elección a gobernador.
Su reporte terminó siendo la columna vertebral de la defensa de Morena en tribunales.
En este contexto, Nieto Castillo también fue uno de los directamente afectados por la extraña resolución de la mayoría de los magistrados con respecto al caso Puebla.
Y es que, su trabajo realizado en ese tiempo fue pulcro, excepcional, muy parecido a que lleva a cabo ahora con la detección de actos de corrupción oficial en el pasado reciente.
No fue casual el que haya sido uno de los personajes que más reflectores atrajo durante el mensaje de toma de protesta de Miguel Barbosa como gobernador del estado.
Ocupó un lugar estratégico en la primera fila del Auditorio Metropolitano, no solo para recibir las consabidas salutaciones, los abrazos fraternos, los infaltables deseos de buenaventura y otros elementos de la siempre convenenciera cortesía política.
El mensaje llegó a quienes tenía que llegar y en la mayoría de los casos, el nerviosismo y la pérdida de la tranquilidad fueron contundentes acuses de recibo.
Le repito, el tema está lejos, muy lejos de ser archivado.
Quienes le apuestan al olvido se equivocan.
Simplemente, la pandemia alteró los tiempos.
Nada más.
Hoy existen prioridades sanitarias que mediática y discursivamente, privilegian la agenda oficial.
Pero todo lo demás también camina.
Sin aspavientos y con pasos firmes.
No se confíen.