Por Jesús Manuel Hernández
Cada vez es más consistente la versión entre los agentes de casas de bolsa, fondos de inversión y bancos sobre la presencia en Puebla de la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda con los ojos puestos en los movimientos de cuantiosas inversiones de dinero en efectivo.
Depósitos hechos en el pasado a través de fondos de inversión cuando los amigos tenían influencia y relación con banqueros, han querido ser trasladados a cuentas en bancos nacionales e incluso en el extranjero.
Los poseedores de las cuentas, algunos inexpertos en estos temas, provocaron la alarma entre los agentes de Santiago Nieto Castillo quien por ley son notificados por las instituciones bancarias cuando un cliente quiere mover cantidades extraordinarias de dinero.
Varios personajes emanados de la antigua clase política, no precisamente del morenovallismo, están en la lista de las investigaciones debido a la torpeza de uno de ellos que sin recato y por inexperiencia ordenó a su agente mover decenas de millones de pesos, el funcionario bancario tuvo que notificar de la operación y la UIF entró en funciones.
El dinero fue detenido y está en proceso de investigación.
Pero el problema es que este funcionario puede ser la punta del iceberg de lo que se avecina para Puebla.
O por lo menos, así me lo parece.