A unas semanas de haberse dado el cambio de administración municipal, ahora se comienzan a saber las verdaderas tropelías del ex Alcalde de extracción panista de San Martín Texmelucan, Rubén Garrido, de quien dicen los texmeluquenses que “se llevó hasta los clips”.
Durante su gestión fue notorio el cambio de estilo de vida de Garrido Muñoz. De un modesto empresario dueño de una tienda de pinturas, pronto decidió darse lujos que nunca había podido tener. De entrada, ya siendo Presidente, compró –con recursos públicos- la camioneta más potente (y de las más lujosas) que pueda haber en el mercado nacional. Una Ford Excursión full equiped de ¡12 cilindros! Sí, como lo leyó usted bien: 12 cilindros.
Ese vehículo es el que dejó al actual ayuntamiento. Nada más con viajar a Puebla imagine usted cuánto pueda gastar de gasolina tal monstruosidad de camioneta.
Pero hay mucho más.
Todo mundo sabe que el tianguis que se instala semanalmente en San Martín es un problema que se ha salido de todo control. Se habla que cada martes se instalan en esos terrenos unos 26,000 vendedores que venden todo tipo de productos… sin pagar ningún tipo de impuestos.
Pero cada uno de esos comerciantes paga a sus líderes unos 150 pesos por el derecho de piso. Solo multiplique usted esas cantidades y le resultará lo que en realidad significa el mentado tianguis. Los líderes se llevan a la semana varios millones de pesos. Con la complacencia de las autoridades.
Porque Rubén Garrido, al igual que sus antecesores, prefirió hacerse de la vista gorda y no reordenar a los tianguistas y cobrarles los verdaderos derechos municipales. Por supuesto, a cambio de una buena tajada semanal. Y no piense usted que fue de unos cuantos pesos.
Y Felipe Calderón, también panista, queriendo que los empresarios y personas físicas, que de por sí pagamos impuestos, nos jodamos más, con jaladas como el IETU, el ISN, al activo, trasladar el IVA y todo lo demás que nos imponen.
Mejor hay que irnos a vender al tianguis texmeluquense. Ahí te haces rico con la mayor impunidad.
Pero bueno. Las andanzas de Rubencito no paran ahí. Otra veta de diamantes fue la obra pública. Los habitantes de San Martín presenciaron, por ejemplo, cómo pavimentó unas cuantas calles del centro y hoy están hechas pedazos por haber usado materiales de pésima calidad.
El famoso Centro Cultural, que se adaptó donde antes estaba la Presidencia Municipal, solo se medio pintó (seguramente con pinturas de su tienda) y a las primeras lluvias está completamente dañado y el techo lleno de humedades, pues se les olvidó impermeabilizarlo. Desde luego, la famosa obra costó varios millones de pesos.
La Unidad Deportiva, al cual también se le invirtieron varios millones, hoy se está hundiendo y no sirve para nada, pues los techos también se están cayendo.
La remodelación del zócalo, que salió en casi 10 millones fue otro enorme fraude. Para empezar, el piso se hizo con mármol de desecho que seguramente se le obsequió al Ayuntamiento. Y lo más chistoso (si no fuera porque se pagó con dinero de los ciudadanos): Las famosas palmeras que se sembraron, cada una costó ¡300,000 pesos! Vaya, ni los jeques árabes realizan estos actos de ostentación.
Los giros negros también representaron un buen negocito para el Ayuntamiento pasado en San Martín. Se extorsionó permanentemente a dueños de antros y prostíbulos, (hasta a las pobres prostitutas se tenían que mochar con los agentes de Rubencito) cada semana, con ganancias de miles, libres de polvo y paja.
Ya para diciembre pasado, había que buscar cómo garantizar más lana para el retiro. Y se permitió entonces la instalación de cientos de vendedores ambulantes en el centro de San Martín, cobrándoles una lana sin que se declarara en las arcas públicas.
Y ya como epílogo. Garrido dejó firmados cheques para pagar a acreedores del Ayuntamiento texmeluquense, pero con el detalle de que ¡canceló todas las cuentas bancarias! Ahora cada proveedor anda danzando día tras día para ver quién le paga.
Por supuesto, Garrido y compañía, unos días antes de irse, empaquetaron todos los documentos del Ayuntamiento, y los mandaron al rincón más escondido del archivo muerto. Y eso en el mejor de los casos, porque hay datos de que algunos funcionarios del ramo de Obras Públicas tienen en sus propias casas, cajas enormes con todos los documentos comprometedores. Hay nombres, apellidos y direcciones.
El colofón: la mayoría de las computadoras propiedad del Ayuntamiento fueron vendidas, desmanteladas o formateadas y no hay dato alguno que sirva en ellas.
Ese fue el paso de la última administración panista en San Martín. Y los propios panistas de ese municipio se quejaron en numerosas ocasiones de su nefasto Alcalde, aunque nadie les hizo mucho caso.
Incluso hay quien maneja datos sobre otro tipo de empolvados negocios más lucrativos en los que también le entró el anterior Alcalde texmeluquense. Pero esa es otra historia.
¿Hará algo el ORFISE?
¿O también ahí llegaría la lana del nuevo súpermillonetas, el ya tristemente célebre “Burrén Bandido” (apodo puesto por los propios amigos de por alla) Aunque con todo lo visto, ni tan “Burrén”
¿Y así quería repetir el PAN en San Martín?
Le seguiremos informando… Hay muchos más datos.