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El inicio del rectorado de Luis Ernesto Derbez en la Universidad de Las Américas Puebla no será, ni por mucho, un día de campo.
Si bien a académicos y trabajadores de la universidad no les quedará más remedio que darle un cheque en blanco al nuevo rector, so pena de poner en riesgo su fuente de ingresos, serán los estudiantes el hueso más duro de roer para el ex funcionario foxista.
Y es que al interior del campus, no se respira el mejor ambiente para darle la bienvenida al nuevo rector.
Derbez encuentra una universidad polarizada, con una comunidad estudiantil expectante y a la defensiva, que no olvidará fácilmente que fueron dejados a la deriva por el propio Patronato que maneja la universidad, que permitió que el inepto grupo que manejó la UDLA mientras no se nombraba rector tomara una serie de decisiones miopes que resultaron ser un ataque frontal a sus intereses.
Y eso no se olvida fácilmente.
En este contexto, a Derbez se le exigirán acciones concretas, rápidas, espectaculares, que demuestren que es capaz de tomar las riendas de la UDLA de manera inmediata y que cambien la percepción generalizada de que al interior de la universidad reina la inestabilidad.
No será fácil.
Para lograrlo se necesita alguien con carisma, con una personalidad desenvuelta, que sepa sacar provecho de los principios fundamentales de las relaciones públicas y que sea consciente de que un manejo mediático eficiente es fundamental para el posicionamiento de imagen.
Derbez no es nada de lo anterior.
Por lo menos no lo demostró cuando fue Secretario de Relaciones Exteriores y posteriormente Secretario de Economía en el sexenio de Vicente Fox.
¿Por qué habría de hacerlo ahora?
Por cierto, el pasado foxista del nuevo rector será sin duda un obstáculo real para Derbez.
La etiqueta de tecnócrata de derecha no caerá nada bien en buena parte de la comunidad universitaria, desencantada por la falta de resultados concretos y las promesas incumplidas del mal llamado “gobierno del cambio”.
El riesgo de que la UDLA se politice al nombrar como rector a quien hace un par de días ocupaba un puesto de primer nivel en el Comité Ejecutivo Nacional del PAN contrasta con la imagen de una universidad progresista, de avanzada, abierta a todo tipo de expresiones y teorías y sobre todo tolerante a las más diversas formas de pensar, ganada a pulso por más de 35 años.
¿Es Derbez la solución a los problemas de la UDLA?
¿Funcionará su “ambicioso” proyecto de rectorado a diez años?
Eso, sólo el tiempo lo dirá.
Mientras, habrá que darle el beneficio de la duda sin dejar de señalar que los fantasmas de la cerrazón y la intolerancia ya rondan el campus de Santa Catarina Mártir.
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