Por Alejandro Mondragón
Esos “fifís”.
Los “conservadores”
Aquellos “mezquinos” a los que generalizó Andrés Manuel López Obrador en su mañanera del 27 de diciembre, después de los abucheos a la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, en los funerales de Los Moreno Valle, se la cobraron en las urnas.
La derecha, representada por clases medias, le devolvieron las ofensas a AMLO con el rechazo a su partido, Morena; y su candidato a la gubernatura, Luis Miguel Barbosa.
Mucho abonó el gobierno de desaciertos de la alcaldesa Claudia Rivera Vivanco e inoperante y soberbio gabinete.
Calles infestadas de ambulantes, deficiente obra pública, basura por donde se camine o circule, sospecha de corrupción y, en general, dejar en el imaginario colectivo la idea de que no sabe qué hacer con la ciudad, también contribuyeron a la causa.
Temas como las guarderías infantiles, falta de dinero en hospitales, retiro de apoyos en salud, educación e investigadores, pegaron en el ánimo de la clase media que el domingo rechazó una forma de gobierno federal y municipales excluyentes.
En todos los distritos de la capital y la zona conurbada le propinaron hasta un 3 a 1 a Morena. Y fue la marca PAN, como quedó de manifiesto con la primera fuerza política y electoral de Puebla.
También habrá que subrayar la ausencia de operación de los diputados federales y locales de Morena. Nunca se les vio en sus distritos trabajar por su candidato. Mucha hueva. Ahí están las consecuencias.
Subestimar al adversario y sobreestimar al aliado parece fue una fórmula nociva para el candidato Barbosa.
Aquellos, como Gabriel Biestro, líder del Congreso del Estado, que ya se frotaban las manos para ser la carta morenista a la alcaldía, quedaron rebasados.
Otros perfiles se requerirán no sólo para el Ayuntamiento, sino diputaciones federales y locales, pues ahora lo que está en disputa es la mayoría del Congreso en 2021.
Ahí se juega la gobernabilidad.
¿Qué hacer con aquellas autoridades que si no pudieron hoy, menos en el 2021?
Si los resultados adversos en la capital sirven para depurar listas y perfiles de tanta sabandija que anda en el barco barbosista, bendita democracia.