Por Alejandro Mondragón
El presidente electo, Andrés Manuel López Obrador lo tiene claro.
Hay tres personajes que resultan para él más que impresentables. Intratables. Cero. Nada.
Miguel Ángel Yunes, gobernador de Veracruz; Miguel Mancera, ex jefe de gobierno de la Ciudad de México; y Rafael Moreno Valle Rosas, ex mandatario de Puebla.
Traicioneros, perversos y enemigos puros.
Antes de las elecciones, en una reunión privada con su nomenclatura, López Obrador habría prometido que si ganaba, ellos acabarían en la cárcel.
A flor de piel estaba el tema de la pareja de César Yáñez, a la que el entonces gobernador de Puebla metió la cárcel por fraude asociado con Tiro Moranchel, cuando en realidad la quisieron despojar de un predio frente a la nueva plaza MorenoValle Mall y junto a la Rueda de la Fortuna.
Ya después en la campaña fue matizando posiciones y empezó con su amnistía, amor y paz y esas cosas raras que tanto le encantan al Peje.
No volvió a tocar el tema hasta hace poco, donde dejó en claro que no quería ningún trato con Rafael Moreno Valle.
Así se lo hizo saber a 4 interlocutores: Ricardo Monreal, Marcelo Ebrard, el yerno de Elba Esther Gordillo y recientemente a Esteban Moctezuma.
López Obrador sabe que dejar pasar hoy a Moreno Valle será enfrentarlo en seis años con una Puebla de caja chica.
Está claro que el ex góberBala tampoco rendirá la plaza. Ya se ha visto que la defenderá con todo, pero empezaron a llegar mensajes sicilianos que tienen que ver con el modelo de negocio que desarrolló el morenovallismo para capitalizarse políticamente.
No se trata sólo de anular concesiones o cancelar permisos que han permitido a influyentes grupos de poder nacional hacer de Puebla su mina de oro.
De fondo, hay la instrucción para desmantelar desde las instituciones concesiones, permisos, franquicias y partidas presupuestales (únicamente se respetarán los ramos 33 y 28), pues todo lo demás será controlado y revisado en Hacienda.
Pero además se pretende proceder contra quienes fueron beneficiados del dinero público para amasar fortunas. Ahí sí habrá procedimientos legales.
Es acabar con el establishment, sí, ese conjunto de poblanos, instituciones y entidades influyentes en la sociedad, que mantiene y controla el orden establecido en el Estado.
Los carniceros de hoy, las reses del 1 de diciembre del 2018.
¿A cuántos dejará morir, Moreno Valle?
¿Aplicará la misma fórmula de siempre: salvarse sólo él?
